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¡MARICOOOOOOO, HOY ES 14 DE FEBREROOOOOO!
Amo el día del amor y de la amistad, coño 'e su madre. Es un día bastante lindo, no por el amor, sino por la amistad. Los muchachos y yo siempre hemos hecho un mini compartir entre nosotros y nos ponemos más maricos que de costumbre. Y fuera de eso... A veces me regalan que si dulcitos, que si regalos, ¿y quién soy yo para rechazarlos?
Una desgraciada, hambrienta y lambucia, al parecer.
— ¡Hermanito! —exclamé a lo que bajaba las escaleras con emoción. Chris estaba desayunando y me vio como cinco milisegundos y después me ignoró— ¡Feliz día! —lo abracé por los hombros y ni se inmutó.
—Ajá, feliz día.
Nagüará 'e seco.
Le maté los ojos y me puse a desayunar ahí con él. Ahora uno no puede desearles un feliz día a los demás porque andan con su cara de culo. Yo no sé qué coño le pasará a Chris, un día es chévere conmigo y al otro nada, anda con su chocancia, será que le pica el culo, ay no.
Pero bueno, este no es un día para arrecharse por culpa del marico de Chris.
Desayuné, fui a buscar mi bolso, agarré mi refresco y lo metí en el bolso de una vez porque si no se me olvida. Chris buscó sus vainas también y nos fuimos pal' colegio.
Entramos al colegio y esa mierda estaba era que reventaba de puros corazones que habían en las paredes, en el techo, hasta en los bancos. O sea, se veía bien bonito pero verga exageraron como que mucho con las decoraciones.
— ¡MARICA! ¡AQUÍ! —gritó Valeria desde el banquito junto con los muchachos.
Enseguidita salí corriendo para abrazarlos.
— ¡AMIXES! ¡FELIZ DÍA DE LA INFIDELIDAD Y DE LA GENTE DOBLE CARA! —les grité mientras nos abrazábamos en círculo.
Todavía no habíamos visto a los otros muchachos porque ellos tenían que ir más temprano para decorar y ajá. Menos Chris porque él me tenía que traer, no le quedaba de otra.
Nosotros nos quedamos ahí en el banquito hasta que de repente nuestra atención se desvió al chamito que venía saliendo de un aula.
Era Félix, bro. Y no tanto eso, sino que venía vestido de negro con unas alas de ángel negras junto con un arco y unas flechas, unos lentes azules y venía caminando con estilo, desbordando flow.
—Epa, feliz día panas —nos dijo y se sentó en el medio de nosotros después de quitarse las alas para poder sentarse.
— ¿Más o menos, Félix? —le dijo Ivanna con confusión.
—Soy Cupido negro —Aaaah... okey. Admito que se veía súper dark, y de paso con esa voz gravísima que se gasta— Hey, chamito vení' acá —llamó a unos chamitos pequeñitos que supuse que eran de primer año. Ellos se acercaron y se nos plantaron enfrente— Te vas a morir solo —le dijo con su deep voice y lo pinchó con una de las flechas esas que cargaba.
