|1| Nagüevoná de Ladilla |

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— ¡Mira Hannah! ¡¿Será que te puedes parar de una maldita vez de la cama o es que estás pegada a la mierda esa?! —gritó el malnacido de mi hermano quitándome el suave y grueso edredón de encima

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— ¡Mira Hannah! ¡¿Será que te puedes parar de una maldita vez de la cama o es que estás pegada a la mierda esa?! —gritó el malnacido de mi hermano quitándome el suave y grueso edredón de encima. Hacía un frío que no juega carrito.

Coño, Diosito ¿Por qué no me hiciste hija única?

Me removí y le quité el edredón de las manos y me volví a acostar. Uno ni dormir en esta verga puede.

—Chris... Sentate aquí y das vuelta —le saqué el dedo del medio y me cubrí la cara.

Maldita sea, ¿por qué tengo que estudiar? Fácilmente puedo ir a vender yuca con el negro allá en la esquina pero nooooo, esta gente será que cree que yo voy a entrar a Harvard o una verga de esas porque no me dejan en paz ni un mísero segundo.

No mentira, yo sí quiero ser alguien en la vida, así dejan de compararme con el homúnculo aquel que me tiene la vida hecha una tragedia.

Ajá, bueno. Me quedé un rato ahí a ver si me decía otra cosa pero no, no se escuchaba nada lo cuál era rarísimo. Me destapé la cara y nada más sentí el chorro de agua que me había caído en la boca por estar bostezando, casi me ahogo, son decirles mentiras. Abrí los ojos y ahí estaba el desgraciado con un vaso hasta la mitad de agua porque la otra mitad me la había tragado yo, sin contar que la verga esa era agua 'e la nevera y estaba más fría que el coño 'e su madre.

— ¡PERO MAMAGÜEVO! ¡¿TE PICA EL CULO O CÓMO ES LA VERGA?! —me levanté a los coñazos pegándole en el brazo a Chris, mientras él se reía con la jeta abierta.

—Verga, yo creía que tú eras una señorita, nagüevofucking. ¿Con es boca le pides la bendición a mami? —Se rió aún más fuerte— Párate, que vamos a llegar tarde al puto liceo por tu culpa. —esta vez puso una cara de culo que Dios se la bendiga— ¡Y NO TE MUERAS EN EL BAÑO! ¡¿OISTE?! ¡PORQUE YO SÉ COMO ERES TÚ! —añadió con arrechera saliendo de mi cuarto.

Nagüevoná de ladilla ir al liceo, y eso que todavía me falta un año para salir de esa jodienda. Quiero llorar, maldita sea. ¿Mami, por qué no tuviste morochos? Así estaría con el desgraciado de Christopher en quinto año y bórralo, derechito pa' Harvard.

No, ¿Qué es? Si no soporto a Chris siendo mi hermano mayor, menos lo soporto siendo mi morocho. Yo creo que si él y yo hubiésemos sido morochos nos caemos a coñazos en el vientre de mami.

Me restregué la cara para quitarme las lagañas y el resto de saliva seca que sé que había en mi cara, me levanté, tomé mis vainas y me metí al baño de mi cuarto a paso de tortuga. Me quedé un rato viéndome en el espejo preguntándome por qué soy así de floja. Después de verme un rato en el espejo me metí a bañarme y ajá, ya se saben el cuento. Salí del baño y me puse el uniforme que el fiebrúo' de mi hermano me había hecho arreglar anoche. Ya tenía puesta la maldita camisa beige, que me quedaba era nené pues, y procedí a ponerme el pantalón. 

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