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¡JA WENO! ¡HOY A HAY MATINÉ EN EL COLEGIO!
Amo cuando los de quinto hacen matiné en esta vaina. Y como Christopher es mi hermanito querido, y mis otros panas van a estar ahí cobrando entrada como los ladrones que son, ellos nos van a pasar a nosotros gra-
—Cinco dólares la entrada —me quedé con una cara de: ¿Cómo es la vaina, Christopher Antonio? Arrechísima, bella, pues— Dame los cobres, pues, porque si no, no entran.
—A la verga, Chris, ¿fe verdad nos estás cobrando? —es que yo no me podía creer esa vaina.
Nah, si me lo podía creer.
—Mira, Hannah... —ay coño, ya empezó— Sí, tú eres mi sister. Sí, ellos también son mis panas, ñero esta plata no es para mí, es para nuestra graduación, así que por más que me duela no los puedo dejar pasar de a gratis.
Si cobero. Te creí, ¿oíste?
Que bolas con Christopher. Y de pasapalo yo le dije a los muchachos: No vale no lleven plata, de seguro los muchachos nos dejan pasar. Súper relajada como quien dice, y ahora le tengo que pagar las entradas.
¿No ves?
—Desgraciado —murmuré mientras sacaba mis cobres de la carterita esa que llevé— Toma tu mierda —le pasé los veinticinco dólares con el dolor de mi alma y nos dejó pasar.
Yo antes creía que los de quinto cobraban entrada nada más para ladronearle a uno porque el matiné es en el mismo colegio y ajá, pero después me enteré que era para la graduación de ellos y tú sabes.
Por millonésima vez, Christopher tenía razón.
Total que los cinco pasamos al aula en donde era el vergo ese, que era el aula más grande y tenía aire, y enseguida nos dio el olor a campamento 'e gorila. Todos perreando con todos, habían luces de colores, Mark estaba como el dj canaimita junto con Jackson. Eso era un bochinche, marico.
—A la vaina, ve a ese tripón allá —señaló Jeongin a un carajito de primer año el cual estaba bailando con una caraja de quinto que lo doblaba en tamaño.
Ah okey.
Nos metimos por allá y nos acercamos a Yugyeom y a Bambam que estaban hablando en una esquina.
—Verga, Hannah. Más farandulera imposible —me dijo Bambam.
Es que yo tenía puestas las botas esas de luces led. Súper farandulera, si me lo preguntan.
Como en los matinés nos dejaban traer un pantalón y los zapatos que quisiéramos, yo me traje unos jeans altos negros y mis botas de luces, con la fea chemise de deporte, pero no importa. Yo me veía bella.
—Obvio —le respondí mientras me quitaba el pelo de hombro más diva que la divaza.
Vi para la kike pista de baile y ya Valeria estaba bailando en el medio de un círculo, nada más le veía la cabeza porque había mucha gente. Nosotros nos acercamos y resulta que la muy marica estaba haciendo una competencia de pasos de shuffle con un chamo de nuestro salón que se la tira de un Eminem chafa ahí.
