Bueno, como no hallaba que hacer y el internet estaba rápido, lo subí. Chao.
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Todo tiene que estar perfecto para cuando Hansol me llame.
Me llamarán obsesiva pero yo no quiero quedar como una desordenada. Así que arreglé mi cuarto y parece que nadie nunca habitó esta habitación de tan limpia que está. Esta es la primera vez que Hansol me va a videollamar y espero que no sea la última.
Eché una última revisadita y me maldigo por decirle a mi papá que pintara mi cuarto de morado y blanco cuando tenía como seis años. Yo soy una tipa seria pero mi cuarto no me ayuda. Me peiné otra vez y me senté en la cama enfrente de la computadora.
- ¡CUIDADO QUE AHÍ VIENE! ¡UUUH! ¡TIENE LOS OJOS NEGROS TARARARARARAN! ¡COMO LA NOCHE OSCURA, TARARARARARAN! ¡TIENE LOS OJOS NEGROS TARARARARARAN! ¡MIRADA DE LOCURA TARARARARARAN! -verga, nojoda.
Me asusté. Estos desgraciados.
- ¿Les pica el culo? ¿Qué hacen aquí? -les pregunté arrecha a mis best panitas.
-Nada, pues -Valeria se encogió de hombros- Ve, Jeongin. Se me había olvidado preguntarte, ¿tu mamá no te jodió por lo del pelo? -le preguntó.
-No, chamo -negó con asombro- Hasta a mí me sorprende, me dijo que me veía bello y todo -menos mal estás claro.
El loco ese se pintó las greñas de azul, bro. Esta gente si inventa, vale.
Y honestamente yo creía que Seungmin se lo iba a pintar de algún color llamativo pero no, se lo pintó negro. De castaño a negro, o sea, no había mucho cambio.
-Te juro por Dios que jamás había visto tu cuarto tan ordenado -comentó Seungmin con asombro- ¿Por qué? -inquirió sentándose en la cama.
Ay no.
-Yo les dije -me arreglé el pelo y me volví a sentar como estaba antes de que me asustaran.
Ellos tardaron en acordarse.
-Aaaah... Verdad que hoy es que te va videollamar Hansol -Valeria subía y bajaba sus cejas repetitivamente con picardía.
-Sí, y si no les molesta necesito que se larguen -les señalé la puerta.
Más pena no podía pasar con Hansol. ¿Qué vaina es esa?
- ¿Te avergüenzas de nosotros? -inquirió Ivanna con sorpresa y con decepción.
- ¡¿Qué?! ¡No! Por supuesto que- sí, me avergüenzo de ustedes -terminé por aceptarlo.
-Igualito eso ya lo sabíamos -Jeongin se encogió de hombros- Pero, tejo', no nos vamos a ir -coño 'e su pepa con esta gente.
Los iba a correr otra vez pero la computadora comenzó a sonar indicando que Hansol me estaba videollamando.
