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Aún seguía atónita por lo que acababa de ver. Chris me vio con los ojos pelados y me arrebató el celular sin siquiera darme chance de meterme en el chat, casi que no me arranca un dedo, nagüará. Rayo McQueen, ¿quién te conoce?
Nada más vi que el último mensaje lo había mandado ella y eran puras risas.
¡YYYYYY DE PASO, PA' REMATAR, LA HORA DEL CHAT ERA DE HOY A LAS TRES DE LA MAÑANA! ¡TU ME DIRÁS!
También vi que la tiene agendada como: Val y una flor, JUUMMM, SOSPECHOSO.
— ¡Nagüará, Chris! ¿Qué acabamos de hablar? Que íbamos a ser más cercanos y a contarnos nuestras cosas —me quejé molesta aunque yo lo que quería era averiguar ese beta.
Nagüevoná, jamás me hubiese imaginado que Chris y Valeria hablaban por privado. Es que es tan raro de sólo pensarlo. Cuando estamos juntos Chris lo que hace es mandar a callar a Valeria cuando habla demasiado; y Valeria lo que hace es joderle la paciencia a Christopher, y ahora, ¿tú me vas a decir a mí que hablan tipo normal por privado? Noooo hijo, si no averiguo eso, hoy no duermo.
— ¡NO VENGAS TÚ, TU LO QUE QUIERES ES ENTREPITEAR! —me gritó mientras huía de mí para evitar hablar sobre eso mientras se reía nervioso.
Pero lo que no sabía Chris es que yo le iba a insistir todo el año para que me contara absolutamente todo. ¡ES QUE ME QUITO EL NOMBRE SI NO ESTÁN CUADRANDO!
— ¿De pana no me vas a contar? —esta vez hice un puchero y él me cerró la puerta de su cuarto en la cara.
Ah, muy bonito.
Es que si no me quiere contar es por algo, porque si fuese algo insignificante ya me lo hubiese dicho. Ese beta se lo voy a sacar cueste lo que cueste. Si no se lo saco a él a punta de coñazos, se lo saco a Valeria.
Una de dos.
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Estaba desayunando en la encimera de la cocina. Era sábado y no había nada que hacer, tampoco sé por qué coño me paré tan temprano, qué ladilla. Ni Chris se había levantado, échenle bolas.
Había desayunado pan con mantequilla porque qué ladilla hacer una vaina arrechísima, igual el pan con mantequilla, por más simple que sea, sabía a gloria. Y con café mejor.
