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Ya me aburrí de la piscina, principalmente porque no estoy haciendo un coño 'e madre nada aparte de tragar moscas con las muchachas. Mientras nosotras hablamos de puras mariqueras, los muchachos están dejando enquiebra a la barra de tanto que beben y juegan Marco Polo en la piscina.
Y de paso que todo esto fue un MALDITO peo, nojoda. Al principio no pudimos entrar porque no teníamos el bendito carnet de PDVSA y a Changbin se lo había tragado la tierra, Chris no me dejó chancear con el bartender que me estaba cayendo así sin creencia, ya Valeria había pasado su primera arrecherita y de paso llegandito porque Ivanna se quedó con el otro flotador que yo traje y ella como casi no es picada se arrechó, Chris otra vez, que ahora no nos deja ir para la barra a nosotras porque kike lo único que vamos a hacer es chancearle a los chamos, y básicamente estamos aquí como unas sometidas.
Además de que las muchachas estuvieron bebiendo cerveza todo este tiempo y yo bebiendo tronco, porque ni el traguito que me hizo el chamo me dejó bebérmelo, de verguita y le pagué.
¿Diversión? ¿A dónde?
—Que ladilla —se quejó Ivanna— Esto no es tan divertido como lo pensé —culminó mientas bostezaba.
—Que fastidio, ni siquiera podemos ir para el baño porque estos se ponen paranoicos y piensan que nos vamos a fugar con unos tipos —mencioné medio arrecha.
—Ay no, yo ya no puedo más —Valeria se paró y agarró sus vainas— Me voy pal' coño, chao.
— ¿Pa' dónde vas? —le preguntó Ivanna.
—Pal' coño, ¿no te'stoy diciendo? —le respondió de mala gana.
Ella se alejó de la piscina. Ivanna y yo con toda la ladilla del mundo, nos paramos de la orilla de la piscina y seguimos a la pelinegra. Menos mal que los muchachos ni media bola nos pararon, porque si no, ¿quién los aguanta?
Ivanna y yo fuimos a buscar nuestra ropa y nos fuimos derechito para el baño a cambiarnos.
— ¿Y qué se supone que vamos a hacer? —inquirí mientras me ponía la ropa de cambio que había traído.
— ¿Yo qué sé?, meternos crippy por ahí, lo que sea es mejor que estar tragando moscas allá —se notaba la arrechera y el fastidio en la voz de Valeria.
Ivanna y yo nos encogimos de hombros y seguimos cambiándonos. Cuando terminamos salimos del baño fuimos a dejar los bolsos en nuestra mesa. Pensé que sería mejor que le avisáramos a los muchachos que íbamos a caminar por ahí porque después empiezan con su ladilla y no. Mejor prevenir que lamentar.
Caminé hasta la piscina con cuidado para no resbalarme y ellos estaban jugando con una pelota.
— ¡Chris! —Lo llamé y él se giró para verme— ¡Ya veni-!
Plum.
Me caí en la piscina. Y ni siquiera fue porque me resbalé, no, fue que me tumbaron, me empujaron yo que sé. Yo lo único que sé es que se me mojó la ropa que había traído.
