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Hoy es el día en el que voy a salir más traumada que de costumbre.
Hoy es la charla con la psicopedagoga. Voy a tener que prepararme mentalmente para esto, aunque no sé qué es peor, si tener la charla con la psicopedagoga o tenerla charla con la psicopedagoga con mis panitas y con los amigos de Chris al lado, porque sí, a lo mejor nos meten a todos en un mismo salón.
Por lo menos ayer tuvimos la charla con el CICPC de la verga esa de lo de cyberbullying y que no sé qué y que no sé cuándo, que era ilegal subir esa mierda sin el permiso de tal persona y un montón de vergas más que ni me molesté en pararles bola porque ajá, yo no hice nada. También obligaron a la sucia de Nazaret a ir ayer y también tiene que ir hoy para escuchar las dos charlas y después tendrá que cumplir los días que la suspendieron por puta.
Ahora me encontraba en la cocina jartándome el desayuno mientras me ponía los zapatos porque no sonó ni mi alarma de las seis y cuarto, ni la de las seis y veinte, ni la de las seis y media, ni la de las seis y treinta y cinco. De paso, Chris también se paró tarde y estaba igual que yo, con decirles que se puso la chemise mientras rellenaba las arepas.
—Hannah, mueve ese culo que no llegamos —dijo Chris mientras mordía su arepa y se ponía la correa.
—Ya va, nojoda que capaz que por estar apurada me ahogo y me muero pal' coño —yo iba a toda velocidad, ni flash, pues, el vergo ese se quedó fue loco.
Cuando terminé de tragarme la arepa que casi que ni la mastico, la puerta de la entrada se abrió.
—Chan, ¿qué pasó, pues? —esa era la voz de macho azotador de Félix.
—Llevamos esperándote en la esquina del kiosco desde las seis y media —se quejó Changbin.
Estos si son arrechos.
— ¿Y por qué no agarraron la buseta? —les pregunté aunque yo sabía que era un chiste, ya me acostumbré a que ellos se vayan con nosotros.
Ni siquiera se molestaron en responderme.
— ¿Y Hyunjin? —Preguntó Chris al ver que el pelinegro no estaba con ellos— ¿Se enfermó otra vez? Nagüevoná, ese carajo si se enferma, parece una esponja de virus, a la verga.
—Se fue temprano con su mamá y con su hermana —aclaró Minho.
Minho estaba relajado de la vida sentado en el mueble de la casa, ni siquiera le preocupaba si llegábamos tarde.
Pero más importante, ¿Hyunjin siempre se pudo ir con su mamá pero prefirió irse con nosotros?
Subí a mi cuarto como alma que lleva el diablo a buscar mi bolso. De todos los días en el que decidí no pararme a la hora escogí el día que tenemos examen de matemática a primera hora, que bolas. Casi que me deslicé por el barandal de las escaleras para bajar esa mierda rápido y Chan nos subió en zumba pal' carro, aunque ya sabíamos que más tarde no podíamos llegar.
