|18| Que rico Puerto Rico |

361 44 143
                                    

—Hannah, párate —murmuraba Chris mientras me sacudía, pero yo ni pendiente perro caliente.

Mámalo, chico. Hoy me toca descansar, ¿quejeso, vale? No respetan el sueño ajeno, pero si fuese al revés él tendría su cara de culo.

—Hannah —me volvió a sacudir.

El güevo pelao'.

— ¿Qué verga es, nojoda? —le respondí adormilada.

—Párate que hoy es mi partido. —de paso, nojoda. El culo tuyo va a ser el que vaya para allá, nojombre.

—Ay no, anda a joder pa' otro lado, déjame dormir —me tapé la cara con el edredón.

—Hannah —volvió a insistir— Es en serio.

Ay vergación pal' coño.

—Nah. A mí no me gusta el futbol y si tú estás en ese equipo, mucho menos —me quejé.

Mentira no es.

Nada más sentí como se sentaba a mi lado. Pa' joder, llámenlo, nagüesoná.

—Hannah, ¿es en serio que no vas a ir a mi partido? —inquirió con reproche. ¿Ya me toca el sermón del día? ¿Tan temprano? — ¿Sabes que eres la única persona de mi familia que tengo cerca y no vas a ir? —ay broder.

Coño 'e su pepa.

— ¿Ahora si soy de tu familia? —a mi si me gusta pelear.

—Siempre lo has sido —ay, más lindo mi hermanito.

Lo pensé mucho, créanme que sí lo pensé. Pero lo único es que me daba mucha flojera, marico. Eran como las siete de la mañana y yo creyendo como la güevona que soy, que hoy iba a dormir pero no, Diosito siempre me tiene que llevar la contraria.

—Dame cinco minutos, pues —tampoco hay que ser tan rata.

O sea, tiene razón. Sería muy rata de mi parte no ir a ver jugar a mi hermanito bello; tanto que yo le jodo la existencia. No pues, así tampoco.

Y además cuando yo le pida algo y él me diga que no yo puedo usar la carta de: Pero yo fui a tu partido.

Me paré con ladilla después de ver la hora en mi cellphone y resulta que faltaba un cuarto para las diez. Me fui a bañar más rápido que inmediatamente y me vestí casual: Un pantalón alto negro, una sudadera para no quemarme de color gris, una gorra negra porque mi mamá no parió teja para yo estar llevando sol y unos tenis, grises también.

Más bella de ahí imposible.

Agarré un bolsito para llevar mis mariqueritas, que si mi cellphone, que si un bojote de cobres por si me da hambre, que si un splash para no oler a culo, que si unos lentes de farandulera... Vainas equis que a ustedes no les importa.

Me salí del cuarto y fui para la cocina a desayunar. Ahí estaban los muchachos con su uniforme del equipo de mierda ese y Hyunjin y Jisung con su ropa de civil. Y bueno, se veían era bellos oyó, sendos cuerpazos que se gastan estos jipatos.

—Dichosos los ojos que te ven, a la leña. —dijo burlesquito Félix cuando me vio.

Le saqué el dedo del medio y me senté en un taburete de la encimera. Desde ahí podía apreciar la maravillosa figura de dios griego que se gastaba Christopher Antonio Bang Medina.

—Chris no es por nada, pero te ves así como... Cogible, vale —le dije y él se empezó a reír bajito.

—Gafa.

Era verdad, díganme que no es así.

Para resumir, al rato llegaron los restantes que se iban a ir con nosotros, desayunamos unas empanadas así bien chiquiluquis y nos fuimos en zumba para el carro porque después íbamos a llegar tarde. Esta vez me provocó irme atrás, en las piernas de Jeongin claro, porque no sé, lo importante es que dejé que el care'culo de Minho se montara a'lante porque fue más pila que los otros.

|🌷| ¿De pana te gusto? ➠ |Stray Kids as Venezuelan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora