Love depression

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*4 meses después*

Hace 4 meses exactos había llegado a Carolina del Norte y mi vida había cambiado demasiado, de la mejor manera posible.

Tenía los amigos más geniales que puedas imaginar, la cuñada más tierna del mundo y el mejor novio del universo.

Tampoco digo que mi vida sea perfecta. A veces extraño mucho a mi familia y cada vez que voy a casa de Hayes, Nash trata de seducirme.

Pero bueno, las cosas son como son. Ahora mismo me encontraba en mi habitación arreglándome para ir a la escuela, en la que me iba muy bien por cierto.

Revisé mi reloj. En unos minutos Sam y Rachell llegarían por mí para irnos a la prisión educativa, cosa que no me agradaba bastante.

Justo cuando salí de mi habitación para bajar la escalera escuché a mis tíos susurrando cosas desde su cuarto. Solo logré captar unas cuantas palabras: "no podemos", "jemma", "horror", "imposible".

No se que diablos habría pasado, pero involucraba a mi hermana, y por las otras palabras no sonaba bastante bueno.

Estaban por abrir la puerta de la habitación, yo corrí hacia la escalera para hacer como que estaba por bajarla.

-Oh miren- dije disimulando sorpresa- estaba por bajar, ¿porqué tan serios?- dije al ver sus rostros de angustia.

-No estamos serios- dijo mi tía sonriendo- estamos cansados es todo.

Se escuchó la bocina de un auto fuera de la casa y unos segundos después me llegó un mensaje de Sam indicando que saliera.

-Bueno, ya me voy- dije yo y di media vuelta.

-¿No vas a desayunar?- preguntó mi tía, Patrick no ha hablado desde que salió del cuarto.

-No tengo hambre, bye- dije corriendo y saliendo por la puerta.

Afuera estaba estacionado el jeep azul de Sam que tanto me gustaba, dentro estaban ella y Rachel de copiloto. Corrí a su encuentro y Rachel se recorrió en el asiento para hacerme espacio.

-Hola Ali- dijo Sammy.

-Hola chicas- dije y me senté.

El camino a la escuela no era tan largo, pero aún así tuve tiempo para pensar mientras Sam le decía a Rachel todos los contras por los que no debería salir con Matt.

A ver. Mis tíos casi nunca me ocultan nada porque, ambos saben que, son los más terribles mentirosos. Entonces seguro que será fácil descubrir eso que involucra a mi hermana y no me quieren decir.

La verdad es que si no lo descubro y no me dicen nada será mejor, porque en este momento mi vida esta muy bien y no quiero que nada la arruine.

-¿Y tu que dices Ali?- me preguntó Rachel.

-Umm- dije yo tratando de sacar de mi cerebro algún fragmento de la conversación.

-Sobre Matthew, Alice, despierta- dijo Sam mirandome.

-Aaa si. Bueno, Matt es mi mejor amigo y lo que más amo de el es como te puede hacer reír en cualquier momento. Pero, Rachel creo que no eres la indicada para él, por más que me duela decirtelo.- le dije con pena, en verdad no quería arruinar sus esperanzas.

Rachel agachó la cabeza, en ese preciso instante, Sam se estacionó en la escuela. Lo bueno es llegamos temprano.

-Rachel perdona- le dije sobando su espalda para consolarla- es solo que, tu eres bastante mandona a veces y tu carácter simplemente no combina con el de Matt.- soy un asco de amiga, pero ella quería la verdad y yo suelo ser demasiado honesta.

-Lo se, Alice- dijo sollozando- es solo que... tenía la esperanza de que.... En verdad fuéramos algo más.

-Ya- dijo Sammy- pero es tu amigo y el en verdad te quiere así y...

-¿Saben que?- interrumpió Rachel levantando la cabeza- quiero estar sola.

-Rachel- dijo Sam más seria- es mi jeep.

-¿Y no me puedo quedar aquí?- dijo Rachell levantando la voz.

-Ok- dije yo- pausa, respiren y calmense. Lo que menos queremos aquí es una pelea de mejores amigas.

Rachel volvió a su posición anterior y yo le hice señas a Sam para que la dejara quedarse y ella asientio.

Después de eso no volví a ver a Rachel en todo el día.

*Narra Matthew*

El día estaba gris y oscuro, no exactamente de mis preferidos. Estaba bajando de mi auto al llegar a la escuela cuando divisé a lo lejos a Alice y a Sam caminando hacia la entrada de la escuela.

Ambas se veían tensas y preocupadas, decidí hablar con ellas para contagiarles de mi humor natural.

-¡Alicornio y Sammy Blogger!- les grite yo y se giraron hacia mi. Alice sonrió en cuanto me vio e hizo señas para que me acercara y yo corrí a su encuentro.

-¡Espinosaurio!- gritó Ali y la rodee con mi brazo para caminar juntos. Espero que Hayes no me vea porque aunque sepa que Alice es mi mejor amiga, ese chico es un celoso.

-¿Sammy Blogger? ¿Enserio Matt?- preguntó Sam, yo solo sonreí y me encogí de hombros.

-Se veían tensas, ¿que paso?- pregunté.

-Es Rachel- dijo Ali- esta en una... pequeña depresión amorosa.

-¿Y quien es el chico?- pregunte interesado.

Alice se soltó de mi agarré y ambas chicas se pusieron frente a mi con cara de que me iban a pegar con la chancla voladora.

-Matthew no hablas en serio- dijo Sam.

-Hablo enserio chicas, ¿quien es?

-¡Pues tu, estupido!- me gritó Alice pegándome con su bolso- ¡le gustas desde el 6to. grado!- y siguió golpeandome- ¡hombres, están todos ciegos!

-Yo no- dijo Hayes a su espalda.

-Hayesy- dijo ella y corrió hacia él.

-Chicas, todas con extremos problemas de bipolaridad- dije yo y Alice me vio con cara de "callate-o-no-viviras-por-mas-tiempo".

-Matt solo te digo que,- dijo Sammy acercándose a mi- deberías hablar con ella.

-Ok- le dije y me fui hacia donde ella me indico, su preciado jeep.

Mientras caminaba me puse a pensar, cosa que no hago muy seguido. Era imposible que Rachell hubiera estado enamorada de mi tanto tiempo.

Muchas chicas lo están porque soy un encanto, pero, ¿ella? la chica a la que le gustaba regañarme y siempre ignoraba mis bromas. No tenía sentido.

Al llegar al jeep me asomé por la ventanilla. Rachell estaba en el asiento piloto llorando, yo toque la ventanilla varias veces y ella volteo y bajo el vidrio.

-Vete de aquí- dijo ella- odio que me vean llorar.

-No debería importarte que te vean llorar- le dijo yo metiendo un poco mi cabeza por el vidrio- en especial a ti.

-¿Porque?-dijo ella.

Yo contesté con algo que no creí que fuera a decir nunca.

-Porque creo que te ves muy hermosa cuando lloras.

Ella volteo a verme y sonrió. Jamás había notado lo bonita que era su sonrisa o ella en general. Tal vez podría darle una oportunidad a lo nuestro.

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