Grier Love

I hate you and the rain

Al día siguiente mi tía me llevo a casa. Al fin un lugar sin tanto orden y sin cables, sueros y comida rancia.

Hayes ya había despertado de su coma. Sus padres me habían visitado con Skyllyn ayer, tan dulces y considerados y yo había engañado a su hijo.

El chico ya estaba en su casa, como yo, pero no había ido a visitarlo por miedo de ver a Nash, obviamente. No quiero pensar en Hayes porque me duele el alma, así que cambiemos el tema.

Hoy mis tíos me dijeron que a Jemma le había pasado algo malo. Yo sabía que algo andaba mal, no me quisieron decir más así que, tendré que interrogarlos.

Estaba en mi habitación, en mi cama leyendo "ciudades de papel." No podía concentrarme por pensar en todo lo que pasó en el hospital.

El beso con Nash, ver a Hayes en coma y el recuerdo de Cameron. Mis sospechas de que Cam pudo haber herido a Hayes son muy estúpidas, pero al menos tengo una teoría.

Me levanté y me dirigí a la sala. Al llegar me encontré a mis tíos sentados en el sillón de la sala, mi tía en el celular y mi tío en la laptop.

-Y dicen que la juventud es la que esta consumida por la tecnología- dije entrando a la habitación.

-¡Alice!- me regañó mi tía- deberías estar en reposo.

-No antes de que me digan algo- les dije y ambos apagaron sus dispositivos y me prestaron atención- ¿Qué le paso a Jemma?

-No podemos decirte aún- dijo Patrick.

-Oigan, casi me muero el otro día, merezco saber.

-Por Dios, te desmayaste por stress.- dijo mi tía.

-No interesa- dije y me senté frente a ellos.- por favoooor.

-No.

-Por favorsito.

-¡No!

-Ok- dije y subí a mi habitación.

Me cambie el pijama que traía por unos shorts y una blusa suelta con unos converse. Bajé de nuevo, tome las llaves del auto y salí de la casa sin mirar atrás.

Escaparme tal vez no era la mejor idea, pero al menos doy a entender que haría lo que sea por saber su secreto.

*Narra Hayes*

Me había quedado dormido con la medicina para el dolor. Me pesaban los párpados y no podía abrirlos. Solo escuchaba a alguien hablando por teléfono.

-Nash no- hubo una pausa- esta bien, solo porque te debo una explicación... bye.

-Alice...- dije yo con la poca fuerza que tenía.

-¡Hayes, despertaste!- dijo ella y corrió hacia mi.

Logré abrir mis ojos y ahí estaba ella, tan bella, con unos shorts y una blusa suelta. Sus ojos azules destellaban de alegría al verme.

¿Porque no habías venido? -le dije tomando su mano.

-No me sentía bien- dijo ella apretando y acariciando mi mano.- ya sabes, yo también pase por el coma.

-Si lo se.- le respondí- Alice, no puedo recordar nada.- le dije frustado.

Lo último que quedo en mi mente de ese día fue que me quede atrapado detrás de las gradas, no se como llegué aquí.

-Esta bien, no hay presión- dijo ella sonriendo.- Hayes, he estado muy confundida sin ti en este poco tiempo.

-¿Porque?- le pregunte.

La última vez que Alice estaba confundida fue cuando beso a Nash, y no salieron muchas cosas buenas después de eso.

-No debería decírtelo ahora- dijo ella con cara de tristesa.- llamaré a tu mamá.- se paro y salió.

Lo que sea que fuera a decirme no era nada bueno.

-Ok...- dije yo.

*Narra Alice*

Ver a Hayes despierto es lo único bueno que he tenido el día de hoy.

Salí de su habitación para buscar a su mamá

-Skyllyn, espera- le dije a la pequeña al ver que estaba por entrar a su habitación- ¿y tu mamá?

-Esta en la cocina- dijo ella sonriente- oye, ¿vemos frozen juntas?

Odiaba esa película más que otra en el mundo.

-Lo siento pero ahora no, Sky- le dije y baje las escaleras.

-Mmm- dije al entrar a la cocina, y la madre de Hayes volteo a verme.- Hayes esta despierto.

-Oh- dijo ella dejando de cocinar- gracias, Ali.

-No hay problema- y antes de que se fuera agregue- ¿le puede decir que tuve que irme?

-Claro- dijo ella y se fue.

Y yo también me fui. A reunirme con Nash en Starbucks, a mi voluntad. Es como si yo quisiera hacerme sufrir más.
**************
Podía ver a Nash desde fuera del local sentado en una mesa. El ya estaba tomando su café con toda tranquilidad y paciencia. Tan guapo como siempre.

Nash: 30%
Hayes: 70%

Eso era lo único que pasaba por mi cabeza. Porcentajes, pros y contras de ambos, sus ojos y sus personalidades.

Cuando entre le hice señas de que iría por mi café antes de sentarme. No había fila, pedí un caramel y me lo llevé con Nash.

Me senté frente a el y no me sonrió como siempre hacía, me miro frío, algo demasiado raro de el.

-Nash ¿que pasa?- pregunte yo.

-Mira Alice. Te odio. No te quiero, no podemos estar juntos. No se lo haría a Hayes. Eres una zorra. No se ni siquiera que es lo que veía en ti.

No pude evitar que salieran las lagrimas. No podía dejar de ver a Nash, su rostro inexpresivo y como decía con tanta facilidad todo eso.

-Esta bien, supongo que yo también pienso igual.

Tomé mi café y salí corriendo. Me metí a mi auto y fui a la nada.

Estaba muriendo en mi interior. Sentía como me debilitaba y me ardían los ojos horriblemente por el llanto.

Estaba cansada de pensar en Nash, pero lo hacía porque no podía creer que esas palabras salieran de sus labios.

No podía ir con Hayes y simplemente decirle "oye, Nash me acaba de decir que no podemos estar juntos porque yo tal vez iba a dejarte y ahora estoy triste pero no te preocupes no te dejare ahora".

Así que maneje por toda la ciudad hasta que oscureció y comenzó a llover de nuevo.

Veía las gotas de lluvia cayendo en los vidrios del auto y como se empañaban, o tal vez eran mis ojos que estaban llenos de lagrimas.

El simple echo de ver cosas azules me recordaban a los ojos de Nash. Que tan solo verlos te hacía sentir feliz.

Pero también me recordaban a los de Hayes. Dulces y suaves como las olas del mar por la mañana, que te hacían sonreír y querer estar más cerca de él.

Entonces decidí ir con el.

Para terminar lo nuestro y dejar de sufrir, o tal vez para desaogarme. O fingir que nada malo paso y solo decirle que lo necesitaba.