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Si supieras quien soy 


El camino hacia la costa fue corto, Ji Min disfrutó el paisaje nuevo que veía. Era la primera vez que iba más lejos de los muros de su reino. Una vez que estuvieron ahí, el peli azul admiró con asombro la inmensidad del mar. El sonido de las olas era tranquilo y relajante, el aroma era nuevo, el cielo nocturno le daba una vista mágica junto con la inmensa luna iluminando la cristalina agua. Podía ver a lo lejos unos cuantos barcos y las casas a la orilla del mar.

— ¿Qué te parece? — preguntó Yoon Gi tranquilo llegando a su lado.

Ji Min no podía dejar de admirar el entorno. Con unas cuantas lágrimas en sus ojos y una gran sonrisa le respondió. — ¡Es bellísimo! ¡Mucho más hermoso que cualquier pintura que haya visto! — se giró para verlo —. Muchas gracias...

Yoon Gi le devolvió la sonrisa. —No tienes nada que agradecerme. Con sólo ver tu sonrisa me es suficiente.

Ji Min corrió hacia él y lo abrazó, tomándolo desprevenido. Le costó asimilar lo que estaba sucediendo, muchas veces él y Ji Min se habían abrazado, pero esa vez se sentía diferente. Ji Min parecía querer aferrarse a él. Correspondió el abrazo, disfrutando la cercanía del chico.

Poco después Ji Min se separó de él. — ¡Preparé algo! —dijo emocionado.

Corrió hacia su unicornio, luego volvió con una canasta.

—No sabía que preparar, ni que te gustaba ya que nunca te pregunté, así que traje algunos postres diferentes que preparé.

Yoon Gi miró sorprendido la cantidad de bocadillos que Ji Min había preparado. — ¿Hiciste todo esto tú solo?

Ji Min se rascó tímido la mejilla. —Bueno, le dije a mi amigo que me ayudara.

— ¿Tienes un amigo?

—Sí, él es mi único amigo, nos conocemos desde que somos niños.

Yoon Gi se cruzó de brazos. —Qué envidia le tengo a tu amigo. Te debe conocer muy bien.

Ji Min sonrió. —Tranquilo, él es como un hermano para mí. A veces se comporta como un niñero. ¿Tú no tienes un amigo cercano?

— ¡Claro que tengo! Es igual como el tuyo, es muy sobreprotector, pero creo que es su deber.

Ji Min preparó todo, poniendo en el suelo una manta y acomodando los platillos. Yoon Gi, por su parte, sacó un jugo de manzana para acompañar los bocadillos y unas velas. Se sentaron a comer y disfrutar de la vista del mar.

Conforme pasaba el tiempo, Ji Min terminó exhausto y cayó dormido. Yoon Gi guardó las cosas, mientras lo hacía escuchó a Ji Min susurrar entre sueños.

—Por favor, no quiero casarme con él...—el tono con el que lo decía era preocupado.

El plato que traía en su mano cayó al suelo. Gracias a la arena no se escuchó el golpe. Un nudo se hizo en su garganta y su corazón dio un vuelco. De alguna forma, aquello le había dolido y le hizo preocupar, a la vez que sentía una molestia crecer. ¿Ji Min se casaría con otro? ¿Por qué...?

Las horas pasaron hasta que el amanecer comenzaba a surgir y las olas hacían más ruido. Ji Min despertó, se estiró y se dio cuenta de que aún seguía ahí. Asustado se levantó porque su madre podría descubrir que había escapado. Buscó alrededor a Yoon Gi, encontrándolo arreglando a su caballo. Corrió hasta él...

THE CURSED PRINCE, VOL. I (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora