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Revelando la verdad


Rosé escuchó un toque a su puerta, dio permiso. Una mujer mayor con traje de sirvienta se adentró, un poco nerviosa caminaba hacia la princesa. Cuando las puertas se cerraron detrás de ella pudo dirigirse a Rosé con tranquilidad.

— Alteza— saludó la mayor agachando la cabeza.

Rosé dejó de lado las formalidades y fue directo al grano, vigilando de vez en cuando la puerta. — ¿Qué descubriste?

La sirvienta asintió. — El príncipe de Liriol está aquí junto a personas de su reino por el asunto de sus padres.

La noticia fue inesperada para la joven princesa, puesto que no podía enterarse de nada ya que permanecía indefinidamente en su habitación. Era la prueba que necesitaba para darse cuenta al fin de que su hada madrina le había mentido. Yoon Gi y su guardia pudieron escapar, pero lamentablemente los reyes no.

La única persona que había encontrado de confianza era su nana, todos los demás sirvientes que estaban a su cargo habían sido cambiados. Si no hubiera rogado fervientemente a su padre de dejar a su nana, se hubiera quedado sola.

— ¿Es todo?

La mujer negó. — Al parecer corre el rumor de que los padres del príncipe están desaparecidos y que fue Morgana quien atacó al grupo que los acompañaba.

Rosé se llevó ambas manos a la boca sorprendida por lo que escuchaba. Le impactó la noticia que corría cuando ella sabía lo que en verdad pasaba. Claro, eso no se lo diría a su nana con el fin de protegerla.

Rosé caminó por la habitación pensando en su siguiente paso. Debía buscar la forma de salir de ahí y decirle al príncipe Min la verdad sobre el ataque a sus padres. Creía que si se quedaba callada, algo malo podría desatarse.

¿Pero cómo lo lograría? Los guardias estaban ahí a todas horas y sólo permitían a pocos entrar. De repente se le ocurrió un plan al ver a su nana.

— ¿Tienes permitido ir al ala este? — le preguntó.

La mujer asintió y eso era perfecto para Rosé. El ala este del castillo era donde se hospedaban los invitados y viajeros distinguidos. Si el príncipe Min se hospedaría de nuevo, entonces ahí se podría encontrar.

Se apresuró hacia su escritorio y vio el reloj en la pared, aun le quedaban dos minutos para que la nana se retirara. Escribió un breve, pero claro, mensaje en un pequeño papel que después de doblarlo bien se lo dio a la mayor.

— Por favor, ve y busca al príncipe Min. Cuida que nadie te vea y entrégale esto— le pidió suplicante.

Su nana comprendió la orden y le aseguró que lo haría. Los guardias llamaron a la puerta y fue momento para que la mujer se retirara.

Rosé suplicaba internamente y pedía por todos los cielos que el mensaje le llegara al príncipe lo antes posible. Tenía un mal presentimiento de que algo grande y oscuro se avecinaba.


...


Tal como la princesa Rosé se lo había encargado, la nana buscó durante sus rondas de trabajo al príncipe Min alrededor del castillo. Ya era entrada la noche y debía volver con la princesa Rosé para llevarle la cena y sus avances, pero no había tenido mucho éxito en su misión.

Encontrar al príncipe en esos momentos era como buscar una aguja en un pajar puesto que nadie lo había visto en todo el día. Derrotada decidió ir con la princesa, pero un atisbo de esperanza le llegó cuando vio a Sir Jung caminando por uno de los corredores.

THE CURSED PRINCE, VOL. I (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora