Capítulo 6

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El reloj marcaba las nueve menos cuarto de la noche y todavía no tenía señales de la princesa, eso hizo que Diana se inquietara dejó bastante claro que alguien debía despertarla a las ocho, y luego avisarla a ella a las ocho y media para ir buscarla, habría preferido despertarla ella, pero tenía demasiado trabajo que hacer, además ella nunca dejaba sus responsabilidades de lado a no ser que hubiera alguien importante en el Punto de Paso. Como era el caso, pero David y Amanda le habían dejado bastante claro que la presencia de Katherine tenía que ser secreta, de máximo secreto, porque si alguien que no debía se enteraba de su ubicación tendrían problemas muy serios, y se estarían exponiendo a un grave peligro. Por ese motivo habló con su persona de confianza para que se encargara de despertar a la joven que dormía en la habitación 56, justificándose en que era una menor de edad y que debía contactar con su madre a las nueve para concretar los detalles de su encuentro; algo normal y que no llamaría la atención, porque cuando alguien menor de edad se encontraba en el Punto de Paso debía mantener el contacto con sus responsables.

Sin embargo, no tenía constancia de que se hubiera hecho lo que ordenó, y tampoco la habían venido a buscar de manera que no tenía excusa para desatender sus obligaciones, pero ahora mismo estas le importaban más bien poco, así que con la mayor naturalidad del mundo se marchó de su trabajo en la recepción, dándole primero instrucciones a un compañero de que ocupara su lugar un momento. El cual lo hizo sin darle mayor importancia, desde su punto de vista hasta la eficiente Diana tenía que descansar en algún momento, la cosa estaba bastante tranquila y no era necesaria su presencia. La despidió con una sonrisa de felicidad adornando su cara; llevaba tiempo deseando tener la oportunidad de demostrar que podía ser más que un simple ayudante, así que estaba dispuesto a aprovechar esta oportunidad para demostrar lo que valía. El chaval estaba tan contento que no se percató de una sombra extraña que se movía por recepción, una sombra que no era fruto de ningún objeto o persona y que se desplazó rápidamente hasta ocultarse en la de la mujer que abandonaba el lugar bastante preocupada. Por el camino Diana se encontró con su persona de confianza la cual la saludó como si nada, cosa que hizo que se detuviera en medio del pasillo cortándole el paso.

- ¿Pasa algo? – preguntó la chica confusa.

Ante la pregunta Diana puso los brazos en jarras en una postura interrogativa, decidió que lo mejor era esperar por si acaso le estuviera gastando una broma, porque últimamente era lo único que hacía, pero al ver que pasaba el tiempo y que no decía nada, y que cada vez se hacía más tarde se rindió y preguntó.

- ¿Qué te dije yo a ti?

La duda cruzó durante una fracción de segundo los amarillos ojos de la chica, que luego los abrió como platos para después cerrarlos mientras se llevaba una mano a la frente y se la golpeaba levemente varias veces. Mierda. Lo había olvidado por completo con todo el lío que había tenido estos días con los preparativos para los campamentos de jóvenes magos olvidó totalmente lo que le había encargado Diana, miró la hora en su brazo y efectivamente era tardísimo, la menor ya debería estar en contacto con su tutora.

-Perdón, perdón, se me pasó completamente estaba organizando los campamentos y se me fue la magia...

-No pasa nada, - la cortó Diana comprendiéndola, hace años ella experimentó el mismo estrés que la mujer que tenía delante. - termina lo que tengas que hacer yo me encargo de la menor.

- ¿Segura?

-Segurísima todo está tranquilo y dejé a uno de los aprendices en mi puesto, si viene alguien seguramente me mandarán a llamar, pero espero tener todo solucionado cuando eso pase.

Ambas mujeres se despidieron y cada una siguió su camino una con más prisa que la otra, Katherine debería estar en la cena, porque la finalidad de la misma era establecer un plan de protección durante el desplazamiento y en la misma comparecencia frente al Consejo Supremo. Por lo que apretó el paso sin llegar a correr eso llamaría demasiado la atención, pero casi no le quedó otra alternativa cuando frente a sus ojos apareció una nota en la que se leía "¿Algo que deba saber? D.". Joder, pensó antes de echarse a correr por los pasillos del Punto de Paso, afortunadamente a esta hora casi todos los inquilinos estaban cenando y los trabajadores aprovechaban este tiempo para acabar con el papeleo del día. Llegó en cuestión de segundos a la habitación, tocó la puerta y esperó, pero no obtuvo respuesta, probablemente seguía durmiendo y no la había escuchado, suspiró mientras miraba por el pasillo asegurándose de que no había nadie cerca, estaba despejado, no había nadie. O al menos nada que ella pudiera ver.

TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora