Capítulo 22

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Mientras las dos jóvenes disfrutaban de la película en el mundo exterior los acontecimientos no se detenían, es más, podría decirse todo lo contrario; en el interior de cada gremio crecía la asfixiante necesidad de precipitarlos, acabando de una vez por todas el caos que la situación provocaba, lamentablemente esa no era una opción viable, pues no podían permitirse cometer el más mínimo error. Ya que eso podría provocar que todos los planes que se estaban trazando, de acuerdo a los correspondientes intereses, se fueran al traste.

Por lo que, no quedaba otra opción que apretar los dientes y esperar a que llegara el momento adecuado, con la esperanza de que cuando todo sucediera los astros se alinearan para que todo saliera como se deseaba. Y precisamente teniendo la imperiosa necesidad de evitar, a toda costa, que los acontecimientos se precipitaran Peter, el Líder de Los Cazadores, se movía por los pasillos de El Edificio con la mandíbula apretada tratando de contener su instinto homicida, pero esta vez, por sorprendente que parezca, no iba dirigido a Los Magos, sino a sus aliados. O al menos, a los que su padre y él habían considerado aliados hasta este preciso momento; en el que habían llevado a cabo una matanza contra un grupo considerable de Cazadores, dejando todo tipo de pruebas de lo que habían hecho. Teniendo que haberse hecho cargo él de la limpieza de cualquier evidencia, pues no podía permitirse que nadie viera la obra de Markus y Mikalia, y su consecuente pasividad ante las acciones del dúo.

Y por esa razón, y para decepción de ambos, decidió dirigirse primero a su dormitorio, necesitaba darse una ducha y borrar cualquier resto de sangre que pudiera tener. No era una jugada inteligente moverse lleno de sangre por los pasillos si lo que quería era evitar ser visto por sus hombres, y tener que dar explicaciones. Además, de que usaría esa ducha para tranquilizarse, debía abordar este tema con la mayor calma posible, no podía arriesgarse a que la alianza se fuera al traste, por ahora, pero tampoco podía permitir ese tipo de licencias, tenía que hacer valer su autoridad pero sin tensar demasiado la cuerda.

Peter entró en la habitación y lo primero que hizo fue quitarse la ropa, para luego lanzarla directamente al fuego de la chimenea, cuyas llamas rápidamente envolvieron la ropa manchada de sangre, crepitando a medida que la tela iba cediendo ante el abrazo impasible del calor. Durante unos segundos el Líder de Los Cazadores permaneció estático frente al fuego, conteniendo el rabioso impulso que le luchaba en su interior para que hiciera exactamente lo mismo con la habitación en la que se hospedaban sus dos invitados; pero sacudió su cabeza rápidamente, borrando de su mente esa imagen tan tentadora, y retomó su plan original: ducharse, tranquilizarse y luego buscar la mejor manera de abordar la situación.

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 En la otra punta de El Edificio, Mikalia y Markus se encontraban algo decepcionados, pues tras la limpieza del mensaje que habían lanzado, con sus mejores deseos, no habían obtenido el resultado esperado. Y la espera comenzaba a irritarlos.

-¿Acaso está tan tocado por la fuga de la niñata esa que ha perdido toda la impulsividad o qué pasa?- Preguntó Markus, una vez se hubo vestido, dándole la espalda a su acompañante, y de brazos cruzados mirando por la ventana, sin realmente ver nada.

La respuesta a su pregunta fue el silencio más absoluto, cosa que le extrañó, por lo que saliendo de su ensimismamiento miró sobre su hombro y vio que la cama estaba vacía, giró sobre sus talones y descubrió, no sin sorpresa, que la única persona que estaba en la habitación era él; no había rastro de Mikalia por ninguna parte.

-No me lo creo.- Farfulló molesto mientras se dirigía a la puerta del baño, que estaba cerrada.- Sabe que odio que haga eso.

Abrió la puerta con la esperanza de que Mikalia hubiera decidido darse una ducha, y que él estando tan metido en sus pensamientos como estaba no se hubiera dado cuenta, pero nada más lejos de la realidad. El baño estaba vacío, al igual que la habitación.

TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora