Capítulo 21

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El calor predominaba en el ambiente de la noche madrileña pero eso no disuadía a la gente, las calles estaban llenas, prácticamente a reventar, era casi imposible avanzar por las aceras sin chocar los unos con los otros. Los bares, restaurantes y terrazas estaban completas, y en algunos locales, incluso, había cola, las cuales ocupaban parte de las aceras dificultando más la circulación, e incrementando la posibilidad de choques accidentales entre transeúntes; que no hacía más que aumentar el barullo que junto con el ruido de los coches en sus constantes idas y venidas servían de banda sonora para un escenario de lo más cotidiano para los habitantes de la capital.

Y en ese escenario de noche calurosa, de calles llenas de gente, de constantes atascos y de ininterrumpidas pitadas, caminaban Raven y Katherine intentando evitar, dentro de lo posible, a la gente que caminaba en sentido contrario al de ellas, pues si había algo que caracterizaba a la gente de Madrid era que no trataban de apartarse por lo que si no andabas con cuidado podías dejarte el hombro atrás en un choque. Sin embargo, eso no era algo que les preocupara en demasía, pues Raven estaba más pendiente de detectar potenciales amenazad y Katherine, al contrario que su acompañante, no paraba de mirar todo lo que la rodeaba con los ojos abiertos y brillantes. Sin ser capaz de creerse que después de años encerrada en las instalaciones de Los Cazadores, y cuando no, en la casa de Peter, estuviera paseando como una persona normal; obviando, claramente, que estaba acompañada de una guardaespaldas, y que la razón por la que la tenía era porque su vida corría peligro, ya que su antigua "gente" estaba ansiosa por volver a ponerle las manos encima.

No obstante, estaba decidida, al menos, por una noche no se preocuparía por eso, sabía que Raven ya lo hacía por las dos, y además esta noche sería una de las pocas en las que podría actuar como una persona normal, sin magia, totalmente humana. Y precisamente por esa despreocupación, por no decir falta de atención, había estado a punto de caer al suelo dos veces, cosa que habría sucedido sin lugar a dudas de no haber sido por Raven que estaba atenta a todo lo que pasaba a su alrededor; en las dos ocasiones la había agarrado del brazo a tiempo, y hecho fuerza para impedir la caída, seguida de un pequeño gruñido que podría traducirse fácilmente en un: hazme el favor de mirar por donde caminas. A lo que Katherine respondía con un leve encogimiento de hombros y una sonrisa culpable, provocando que la protectora pusiera los ojos en blanco mientras negaba seria, aunque debía reconocer, internamente eso sí, que le resultaba algo adorable y divertido la forma en la que estaba actuando la princesa, parecía una niña pequeña descubriendo el mundo por primera vez; y quizá por eso no le molestaba el tener que estar pendiente de que no acabara con los dientes esparcidos por el suelo, pero eso es algo que nunca diría en voz alta.

Y justo unos de sus tropiezos tuvo lugar frente una plazoleta en la que entre terrazas, gente yendo y viniendo había un pequeño cine que inmediatamente llamó la atención de la más joven, que miró a Raven con una incipiente sonrisa.

-Podemos entrar a ver una película, por fa.- pidió juntando las palmas de las manos a modo de ruego mientras desviaba la mirada a la fachada donde se podía leer "Cines princesa".

-Tenemos reserva en un restaurante y vamos justas de tiempo.- respondió mirando la calle que se extendía delante de ellas, la que tenían que seguir para llegar a su destino.- Así que, sintiéndolo mucho pero no.

-¿Y si cancelamos la reserva, entramos a ver una película y luego cenamos en algún bar o restaurante cualquiera...?

-No,- se negó Raven sin dejarla acabar- acepté salir a cenar porque tenemos una ruta marcada, el lugar en el que cenaremos ha sido elegido por las posib...

-El motivo por el que quería salir era porque quería sentirme una persona normal por una vez en mi vida, por favor, no hagas que esta salida esté marcada por un itinerario que debamos cumplir.- rogó.- Puede que esta sea la única vez que pueda hacerlo; lo que dije en el hotel lo decía de verdad, entiendo que tienes unas responsabilidades, que posiblemente esto rompa ciento cincuenta normas, que quizá prefieras hacer esto con otra persona y créeme yo también preferiría tener esta salida con amigas o puede que con una cita... pero ahora mismo eres lo único que tengo. Así que te lo suplico, deja que esta noche sea natural sin horarios, sin rutas a seguir, solo esta noche y prometo contarte lo que quieras de Los Cazadores, cómo es su base, cómo escapé, dónde vive Peter, todo y prometo comportarme mientras este bajo tu protección.

TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora