Capítulo 7

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A regañadientes Raven abandonó el comedor, no quería dejar a su madre a la merced de Thomas y a la forzada pasividad de su padre, para nadie era un secreto el odio que sentía el Emisario por su madre, no en vano había intentado acabar con su carrera en dos ocasiones; afortunadamente no lo consiguió, pero eso no había hecho que frenara en su intento, más bien todo lo contrario, ahora estaba más empeñado que nunca en acabar con ella. La envidia lo corroía por dentro, la ambición, pero sobre todo lo que más lo motivaba, sin lugar, a dudas era su ego herido. Que la mujer a la que quería destruir le hubiera vencido en dos ocasiones y sin tener conocimiento de sus intenciones no lo dejaba en buen lugar, principalmente porque sabía que las cosas habrían sido diferentes si sus planes hubieran triunfado, porque los miembros del Consejo Supremo valoran la iniciativa y la fuerza de su gente; pero si esos intentos fracasan se desvinculan de esa persona, dejándola sola frente a los lobos. Y en este caso los lobos eran ella y su madre, y vaya que si lo habían dejado solo.

La joven caminaba por los pasillos del Punto de Paso calmada, no quería llamar demasiado la atención y ya era bastante extraño que ella y su madre estuvieran en ese lugar, las habladurías no tardarían en extenderse por la sociedad, cosa que podría acabar en malos entendidos del tipo: la familia se ha reunido de nuevo, y eso podría poner en peligro a su hermano pequeño. Por lo que Raven caminaba por las sombras y cuando veía a alguien en algún pasillo aminoraba su marcha para camuflarse con el entorno o esconderse detrás de alguna columna o esquina. Mientras hacía esto no podía evitar que una maraña de sentimientos y recuerdos se revolvieran en su interior, ya llevaba demasiado tiempo en ese lugar, más del recomendable y le estaba afectando demasiado, necesitaba marcharse cuanto antes, o como mínimo tener un momento a solas para dejar salir el torbellino de emociones que cada vez se volvía más intenso e insoportable.

Ya había recorrido la mayor parte del camino cuando algo en el ambiente hizo que se tensara, y que dejara de lado el estrés que le provocaba estar en ese lugar. Había algo que no estaba bien, una presencia que provocaba que el vello de su nuca se erizara y que sus sentidos se activaran. Giró sobre sus talones, mirando a su alrededor atenta a cualquier cosa que llamara su atención, pero a través de los ojos no era capaz de identificar el motivo de su alarma. Pero que no lo viera no significaba que el peligro no estuviera ahí, cerca de ella había una sombra que trataba de camuflarse en las zonas más débiles de la protección, y esa sombra buscaba algo, o más bien a alguien. La imagen de Katherine tumbada en la cama del ala médica apareció inmediatamente, y también el número de la habitación en la que se encontraba ahora mismo, en su mente.

La presencia y el hecho de que no tuvieran noticias de ella, que no hubiera aparecido en la cena, hizo que Raven retomara su camino rápidamente, aunque seguía teniendo cuidado de no encontrarse con personas que pudieran sospechar de su presencia, ya no era tan cuidadosa como antes. Tenía que llegar a la habitación número 56 cuanto antes. Y a medida que se acercaba sentía el rastro y la presencia de la sombra más nítida, posiblemente se estaría moviendo por la zona en busca de la princesa, pero no podría atacarla, ahora mismo no era más que un espectro que no podía causar daño, pero sí podía percibirlo, y lo identificaría cuando tuviera forma física. Le iba a dar tal paliza que lo mandaría de nuevo al lugar del que provino.

Raven llegó a la habitación en la que descansaba Katherine y perdió el rastro de la sombra, pero sintió la energía pura que provenía de la habitación que tenía delante. Las Líneas Madre habían desviado parte de su energía para proteger a la princesa mientras permaneciera en el lugar, por eso la sombra fue capaz de colarse, tendría que hablar con su padre para que recondujera de nuevo la energía a sus cauces, era muy peligroso que las Líneas se desviaran, porque si aquí había afectado de esa manera tan leve era muy posible que en otro Punto de Paso la seguridad se hubiera visto gravemente comprometida. Si las Líneas rompían su recorrido se creaban puntos flacos por los que las sombras podían entrar, y no todos los protectores eran capaces de detectarlas.

TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora