La noche pasó sin mayores incidencias, solo con un cadáver, el que había sido el hombre de confianza del Líder de Los Cazadores, quienes al conocer el fallecimiento del muchacho se miraron complacidos, por fin su jefe había vuelto a ser el mismo. Desde que Iân había escalados puestos y ocupado la mano derecha de Peter, el jefe había perdido parte de su visión, pero no todos compartían esa manera de pensar, un pequeño sector del gremio veía al joven como un sucesor, como el cambio tan necesario que necesitaban para sobrevivir. Eran pocos, pero eran conscientes de que no podían continuar de esa manera demasiado tiempo, puede que sus abuelos vieran con buenos ojos las tradiciones, pero ellos no, dentro de poco tendrían las filas mermadas y Los Magos se blindarían más de lo que ya estaban debido a los constantes ataques a los que eran sometidos. Además, la cacería que llevaron a cabo cuando escapó Katherine no sirvió para nada, no consiguieron información sobre su paradero, como era de esperar, habían sufrido pérdidas, y la situación no tenía pinta de que fuera a mejorar en un futuro próximo.
El hastío crecía poco a poco dentro de ese sector, pero ninguno se atrevía a decir lo que pensaban, porque eso supondría exponerse demasiado, y a sus familiares también, por lo que era mejor esperar, o simplemente marcharse sin llamar la atención. Desaparecer sin dejar rastro, aunque eso supusiera vivir el resto de su vida huyendo y con miedo, porque al final eso era mejor que el destino que les depararía si fueran descubiertos.
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Raven abrió los ojos antes de que su alarma sonara, como siempre, pero esta vez no emitió ningún sonido de disconformidad, tenía trabajo que hacer, y estaba deseando marcharse de ese lugar lo antes posible, no tenía ánimos para escenificar otra patética imagen de una comedia rancia como la de anoche. Ni muerta. Antes se entregaba al primer grupo de Cazadores que se cruzara en su camino.
Se levantó sin prisas, eran las cuatro y media de la mañana, y a esa hora las únicas personas que estaban despiertas eran las que se encargaban de la seguridad durante la noche, y esa gente no solía dejarse ver nunca. Prefería vigilar desde las sombras y esquivar a cualquier persona que tuviera insomnio, ganas de fiesta o que estuviera fuera de la cama por gusto, obviamente la cosa cambiaba si la persona que deambulaba por los pasillos sentía que existía una amenaza inminente, en ese caso se dejaban ver y realizaban un barrido exhaustivo por todas las instalaciones, por si acaso hubiera algo fuera de lugar que justificara las sospechas del inquilino. Cosa que solía pasar una vez al siglo, por lo que para muchos magos los seguritas de los Puntos de Paso no eran más que una leyenda urbana, para que los magos más pequeños e inquietos se queden quietitos y tranquilitos en la cama, pero ella sabía de sobra que esos guardianes existían, de la misma manera que sabía que era mejor no cruzarse en su camino, ni aparecer a su lado de manera silenciosa, ya que ellos, a diferencia de los protectores, están entrenados para pegar y hechizar primero y preguntar después, y las ostias que dan duelen mucho. Dato que también puede confirmar pues cuando era pequeña le encantaba moverse por los Puntos de Paso durante la noche, a oscuras, y en más de una ocasión había asustado a un guardián por su sigilo, por lo que algún que otro golpe se había llevado, ya que ellos al sentir la presencia de algún ser cerca atacan, madre mía que, si atacaban, el simple hecho de acordarse de los golpes le dolía.
Raven entró al baño y justo al pasar frente al espejo algo llamó su atención, la camisa se había levantado mientras dormía por la parte izquierda y se podía ver perfectamente el tatuaje que tenía en el costado izquierdo, la brújula que se hizo después de sobrevivir a la que sin duda ha sido la peor misión a la que se ha enfrentado, la que la dejó marcada tanto física como psicológicamente. Tanto que durante un tiempo pensó que no sería capaz de salir adelante, pero lo consiguió con mucho esfuerzo y con ayuda.
Apartó la mirada del tatuaje mientras suspiraba, no quería recordar esa época de su vida, no más de lo que ya lo hacía al haber visto a Thomas, entró en la ducha sin darse la oportunidad de pensar más en el asunto, cuanto menos no lo hiciera mejor iría todo dentro de la situación actual. Se duchó rápidamente, se vistió y fue en busca de Katherine, tenía pensado marcharse ya del lugar. No quería pasar más tiempo del estrictamente necesario ahí, a su criterio ya habían pasado el máximo de tiempo prudente para permanecer en un lugar sin exponer al resto de personas que se encontraban en él, y la prueba de ese hecho era lo que había percibido la noche anterior, que las Líneas Madre se habían desviado de su cauce original para aumentar la protección de la princesa, exponiendo a los demás puntos seguros del territorio. Tras la ducha se sentó con su ordenador y se puso a trabajar, trazando el camino que iban a seguir, los lugares donde iban a dormir...

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Traición
FantasyKatherine ha vivido engañada toda su vida, las personas que decían ser su familia mentían, sus amigos nunca lo han sido. Todo lo que consideraba real, lo que consideraba su vida, no es más que una farsa, que finalmente se ha desmoronado. Ahora cono...