¡Púdrete Bieber! / Madison Beer y tú G¡P

Capítulo: cuatro

Me desperté justo para bañarme, me di una ducha rápida y me cambié por ropa que es para discoteca. Algo que no sea tan apretado, si no que me permita bailar. Me subo a mi McLaren y manejo hacia la discoteca, esta era muy conocida ya que era muy privada. Los famosos iban allí cuando querían divertirse, cuando querían divertirse sin que estén lo paparazzi molestando o sacando fotos a cada momento.

— ¿Cómo estás Gill? — hablé mirando al hombre de dos metros que cuidaba la puerta que nos llevaba a Asgard.

— Nada interesante, solo un par de personas que se pusieron a pelear — habló el moreno.

— Cuídate, nos vemos luego — hablé golpeando su brazo para luego entrar a la discoteca.

Había mucha gente por todos lados, empujando por aquí empujando por allá pude subir por las escaleras. Veo a todos nuestros amigos, sentados en una mesa. Estaba mis amigos y algunos amigos de Justin, en cuanto llego los saludo a todos. Veo a Kendall con un chico que debe ser su nuevo enamorado, ella solo me sonríe y hago lo mismo. Me fijo en el chico y era de piel morena, su pelo era un poco largo cayendo unos cuantos mechones negros en su rostro. Tenía unos ojos verdes que puedo decir que hasta en la oscuridad se notaban.

— ¡Llego la pareja! — escucho decir.

Giro mi mirada y veo a Justin con Harley, el primero se veía mucho mejor. No tenía el rostro pálido ni sus ojos desorbitados mirando hacia la nada.

— Iré a pedir los tragos — hablé poniéndome de pie.

Bajo las escaleras y camino hacia el bar, pido varios tragos con algo para picar ya que queríamos disfrutar de la celebración. No tomarme un vaso e irme a la cama como un niño pequeño. A parte de los tragos pido un tequila, el chico tan siquiera se demoró 15 segundos cuando ya tenía mi vaso enfrente de mí. Estaba con ansias de saborear el trago, pero cuando me lo llevo a mi boca un cuerpo me empuja, haciéndome caer el vaso al piso y derramarse en mi polera

— Fíjate idiota — hablé girándome enojada al chico que se encontraba claramente pasado de copas.

— Y si no quiero fijarme i-imbécil, ¿me vas a golpear? — contestó acercándose a mí.

— Si sigues hablando así no dudaré en golpearte — dije sin quitar la vista del chico.

El chico comienza a reír obteniendo la mirada de todos los presentes, cuando veo que levanta su mano para golpearme inmediatamente doy paso hacia atrás. Como respuesta le doy un golpe llegando justo en su mandíbula y como no lo vio venir cae al suelo bruscamente.

El chico intenta ponerse de pie, pero no podía su propio cuerpo.

— ¿¡Joy!? — dijo una chica.

La chica que se encontraba de espalda se hinca hacia el tal Joy y lo empieza a revisar. Solo podía observar su cabello castaño y su trasero. Bufando me siento y pido otro tequila al hombre, cuando lo tengo en mis manos lo bebí rápidamente.

— ¡Que te pasa con mi novio! — habló una voz femenina aún costado mío.

Con cara de pocos amigos y aburrida me giro hacia ella, era hermosa y la palabra le quedaba corta. Era castaña de ojos avellanas, se veían entre verdes y cafés, pero era una maravilla. Traía una mini falda con una blusa de tirantes, que me dejaba ver su piel bronceada y sus labios gruesos.

— Que quieres — hablé indiferente.

— Golpeaste a mi novio idiota, casi lo dejas sin mandíbula — habló enojada apuntando al chico que trataba de ponerse de pie haciéndome reír.

Me pongo de pie y la chica tuvo que subir su vista unos cuantos centímetros para arriba.

— Que pasa muñeca, enojé a la hormiga reina — dije riendo — Lo entendiste, porque eres pequeña, como una hormiga — dije ahora riendo a carcajadas, pero al ver su rostro serio, me callo.

— Tus chistes son una mierda, y te diré solamente una cosa — habló acercándose más a mí.

— ¿Me vas a besar? Porque no protestaré – con una sonrisa me acerco más a ella, a lo que la castaña se puso nerviosa y dio unos cuantos pasos para atrás.

— No olvidaré tu rostro, y espero que te echen del bar por ser tan violenta.

— Vámonos Madison — habló una chica que de repente sale detrás de ella.

La pelirroja agarra a la tal Madison y la saca de la discoteca. Viendo cómo llevaban al borracho con dos hombres en cada lado.

— Dile que me lleven los tragos a la mesa vip — hablé mirando al chico a lo que él solo asintió.

Ninguna hormiga diminuta me arruinará la noche.