¡Púdrete Bieber! / Madison Beer y tú G¡P

Capítulo: diez

— ¿Es necesario usar esto? — dije mirándome en el espejo.

— Tienes que verte bien, no puedes ir con short y una polera de los Lakers — me dijo Harley mientras me vestía.

Estaba con unos jeans azules que me quedaba un poco ajustados, una camisa y una chaqueta encima de cuero. Era todo lo contrario a lo que me vestía, ya que con Justin teníamos un estilo más rapero. Poleras anchas y short anchos, ya que eran más cómodo.

— Vestir así no es malo mi amor — habló Justin.

— Lo sé corazón va ir a un restaurante, se tiene que ver decente.

—¡Hey! — grité mirándola mientras que Harley se largó a reír.

— Listo.

Me miro en el espejo y no me veía mal, hasta me podrían confundir con otra persona.

— Me tengo que ir, tengo que pasar a recogerla — dije despidiéndome de los chicos para luego salir hacia mi auto.

En cuanto estoy dentro de mi auto arranco a toda velocidad. No tenía ni idea donde quedaba la casa de Madison, ella me tuvo que mandar su dirección por WhatsApp. A unos diez minutos llegó a mi destino, me bajó del auto y camino hasta la puerta principal, toco el timbre y en menos de lo que pensaba abren la puerta.

— Te demoraste — habló ella.

Estaba con una polera blanca de tiritas con unos jeans azules y su pelo alisado.

— Te ves bien — dije caminando hacia el auto.

— Tu no te ves mal — contestó mirándome de reojo.

Abro la puerta del auto y me miró sorprendida, yo solo ruedo los ojos y ella se sube. Rodeo el auto y pongo música para no estar con un silencio que sin duda puede ser incómodo. Empiezo a manejar por las calles viendo en todo momento mi reloj, la reserva era a las 8:15 pm y eran las 8 en punto. Teníamos que estar a la hora exacta ya que John nos iba a regañar y quería evitar que me regañen estos días.

Fueron unos cinco minutos hasta que llegamos, había unos cuantos paparazzi que trataban de disimular, pero quien no notaría unas cámaras tan grandes en sus manos.

— Aquí vamos — susurré saliendo del auto.

Camino al otro lado y le abro la puerta a Madison, al vernos sin ningún gorro o lentes puestos nos empiezan a sacar fotos. Madison me toma del brazo y empezamos a caminar al restaurante, solo quería estar dentro ya que los flashes me dolían los ojos al igual a Madison.

— ¿Hola tienen una reserva? — habló un hombre.

— Reserva para ________ Bieber y Madison Beer — contesté mirándolo.

El hombre ve la lista y asiente, nos llega hacia nuestra mesa que irónicamente está el vidrio aún costado de nosotros. Maldito John.

— Les traeré el menú.

Nosotros asentimos y vemos que se va, miro para todos lados y estaba bastante decorado. Nunca había venido a este restaurante, siempre voy a los McDonald o comida rápida, y siempre por delivery así que no salgo mucho a estos lugares.

-— Y dime, tienes hermano Madison —hablé mirándola.

Ella me mira sin decir nada, pero después de unos segundos rueda los ojos y asiente con su cabeza.

— Tengo un hermano, se llama Ryder, pero tú ya lo sabía — contestó seca.

— Si lo sabía, solo estoy tratando que la cena no sea tan incómoda. Y te pediría que sonrieras, aunque sea unos segundos para la cámara — dije acercándome un poco hacia ella — Debe parecer que estamos disfrutando de la cena —

Madison cambia su expresión y pone una sonrisa en su rostro, se notaba desde lejos que era hipócrita, pero parecía real a la vez.

— Tengo un hermano que se llama Ryder, mi madre Tracie y mi padre Robert — habló tomando la servilleta de la mesa.

Yo asiento por sus palabras, veo que una chica llega y nos da un menú. Vemos el menú y había puros mariscos, odiaba el marisco. El olor su sabor y los dos al mismo tiempo me asqueaba. Unos segundos viendo pido spaghetti y de postre un tiramisú, Madison pide un risotto y de postre un pie de limón.

De reojo podía ver a los paparazzi sacándonos foto y rápidamente tomo la mano de Madison encima de la mesa. Con mis ojos apunto a mi izquierda una y otra vez hasta que ella asiente entendiendo mi gesto.

— Supe por ahí que lanzaras tu primer álbum mañana — habló Madison.

Asiento con mi cabeza y empiezo acariciar su mano, con las puntas de mis dedos acaricio su dorso.

— Mañana tengo una entrevista, es una de mis primeras entrevistas en vivo que tengo.

— No es para nada del otro mundo, solo tienes que relajarte y dejar que fluyan las cosas — agregó mirándome.

Estaba a punto de hablar cuando llega nuestra comida, nos dejan nuestros platos en la mesa y la chica se va. La copa de vino era gratis así sin esperar más le sirvo vino en su copa, cuando estaban las dos copas de vino servidas empezamos a comer.

— Dios, este spaghetti está increíble — dije llevándome la comida a la boca — Me hacía falta comer comida real, aunque sea unos días —

— ¿No comes? — me preguntó Madison.

— Como más comida chatarra que comida como estás, tendré que dejar de hacerlo ya que no quiero morir tan joven — dije comiendo de mi comida.

— Lo que te falta es a una chica, que te haga comida de verdad y no esa comida, aunque sean muy ricas y todo, pero dañan tu salud — termino bebiendo de su copa de vino.

— Te pareces que mi madre — dije bufando.