Capítulo: ocho

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— Que hacen aquí — trate de hacer una sonrisa, pero evidentemente era falsa.

Kendall iba hablar, pero el chico entra a la casa como si nada, mi mirada lo sigue y veo que se sienta en el sillón. Yo solo suspiro y me hago aún lado dejando que pase Kendall. Cierro la puerta y voy hasta el sillón, viendo ahora que el chico se estaba comiendo una dona sintiendo que mi vena se hinchaba cada vez más.

Solo respira, solo respira.

— ________, él es Matthew mi nuevo novio. Matthew ella es mi amiga _________ — habló Kendall mientras nos miraba viceversa.

— Tienes cervezas — comentó ignorando a Kendall.

No le pegues Bieber, no le pegues. Prefieres aguantar a este imbécil al tener a Kendall enojada y que no te hable por un mes.

— Claro que sí Mateo — dije poniéndome de pie para luego caminar hacia mi cocina.

— ¡Es Matthew no Mateo!

— No me importa — susurré apenas, aunque lo intente que sonara bajito.

Saco una cerveza y la abro, saco dos latas de jugo de mango y vuelvo a la sala de estar. Donde prácticamente se estaban comiéndose en mi pobre sofá. Dejo las latas en la mesa un poco fuerte viendo como sus cuerpos se separan y saltan al mismo tiempo.

— Aquí tiene sus refrescos — hablé sentándome.

— Eres un amor, gracias — dijo Kendall, a lo que yo le sonríe y me gire hacia Mateo serio.

Este chico era lo mismo que le advertí a Kendall, típico chico que quiere atención. Estoy seguro que solamente quiere la fama de Kendall, o hasta quiere dinero, pero no podré saberlo hasta que sepa la verdad y ya tenía una idea en mente como hacerlo.

— Me permiten, vengo en un par de minutos — hablé poniéndome de pie para luego caminar hacia la cocina.

Le mando un mensaje a Justin que me diera el número de Madison ya que nunca se lo pedí y no tenía intenciones de pedírselo, pero en estos momentos necesitaba su ayuda. Fueron unos segundos que me contesto Justin y me pasó su contacto, tecleo en el chat y veo que tenía una foto con su hermano. Lo pude saber por Google, es mágico.

Necesito que vengas a mi casa, necesito un favor; escribí.

Movía mis piernas ya que nunca contestaba y necesitaba que respondiera rápido ya que no quería que se fueran y el plan quede tirado. Escucho la notificación y era ella.

Envíame tu dirección, estoy allá en cinco minutos.

Le doy rápidamente mi dirección y camino hacia la sala, veo que Mateo tenía mi PlayStation en sus manos. Con la televisión prendida y estaba jugando uno de mis juegos favoritos.

— ¿Me la regalas? — preguntó mirándome.

— No — contesté quitándole mi joystick.

— A que te dedicas ________, nunca te he visto en los premios o te he visto en YouTube. Tampoco te he visto en entrevistas y solo hablan de tu hermano — dijo fingiendo interés.

Por favor Madison llega rápido, antes que lo mate.

— Era bailarín de Justin en sus conciertos, y hace poco me metí a la música — hablé mirándolo.

— No eres tan famoso como tu hermano, tu hermano tiene toneladas de fans y la mayoría son adolescentes — dijo riendo.

Estaba a punto de contestar hasta que escucho la puerta tocar. ¡Viva Madison! . Me pongo de pie y camino hacia la puerta, al abrirla la veo con su cara de pocos amigos. La castaña estaba a punto de hablar cuando ve detrás de mí, me giro y veo a la pareja con sus cejas fruncidos.

— Chicos ella es mi novia, Madison Beer — hablé tomando la cintura de la castaña a lo que quiso zafarse, pero la agarro bien.

— ¿¡Novia!? — contestaron los dos al mismo tiempo.

— Así es soy su novia, Madison Beer. Un gusto volver a verte Kendall — habló la castaña mientras estrechaba la mano de la nombrada.

Mateo se cruza entre medio de ellas y agarra la mano de la castaña. Besa la palma de su mano dándome asco al ver tal gesto.

— No creo que sea tu novia. Esta preciosura no puede estar como alguien como tú — habló mirándome de pies a cabeza.

Juro que quería golpearlo, por pasar sin permiso a mi casa. Por tomar mi PlayStation sin permiso y por ser un completo idiota. Solo veía la sonrisa burlona en su rostro y como mi ego era más grande solo lo hago. Tomo la cintura de Madison y la jalo hacia mí, antes que pudiera decir algo la beso. Escuchando un oh de fondo, pero ignorando comienzo a besarla, pensé que se iba a deshacer de mi agarre y golpearme como en las películas, pero hizo todo lo contrario.

Profundizamos nuestro beso juntando nuestras tibias lenguas, pero nos separamos de inmediato cuando escuchamos una tos falsa a nuestro lado. Se me había olvidado por unos segundos a los chicos.

— Puedo hablar un momento contigo ________ — habló Kendall.

Yo solo asiento, y al pasar aún lado de Matthew dejo mi mano en su hombro y lo golpeó jugando. Pero la verdad no lo hacía jugando, quería que le doliera en su hombría hasta los huevos.

¡Púdrete Bieber! / Madison Beer y tú G¡PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora