Capítulo: siete

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En cuanto recibí el mensaje manejé inmediatamente a la casa de Justin.

— ¿Qué pasó? ¿Para qué me querías ver tan urgente rubio? — dije viéndolo mientras jugaba al Nintendo Switch en el sillón.

Justin me hace un gesto y me siendo aún lado suyo, pasándome su segundo control.

— Me llamaron de los billboard, me dijeron que si podía presentarme con mi nueva canción peaches y algunas otras canciones como para empezar el show.

— Pero eso es genial hermano — hablé mirándolo con una sonrisa.

Justin pausa el juego y se gira hacia mí.

— Quiero que cantes conmigo — habló subiendo sus cejas.

— ¿Que canté contigo, estás seguro? — pregunté mirándolo.

— Hiciste un remix de peaches ________, y debo decir es un buen remix. Es tu momento que todos sepan quién es ________ Bieber, yo sé que estas empezando sobre ser famoso y eso, pero te aseguro que no te vas a arrepentir — terminó dejando sus manos en mis hombros.

— De acuerdo, no creo que sea tan difícil cantar en medio de 20.000 personas ¿no?

— Será muy fácil, ya lo verás — dijo sonriendo.

Yo asiento y empezamos a jugar FIFA 22, eligiendo como jugador a Kylian Mbappé.

— Vi un video tuyo pegándole a un chico en la disco ayer, y debo decir que fue un buen gancho — comentó Justin.

— El maldito derramó mi vaso de tequila y me empezó a insultar. Solo le di un pequeño golpe, ahora como el video se hizo viral tendré que tener una relación falsa con Madison Beer la ex novia del idiota — hablé mientras movía los controles de un lado a otro quitándole la pelota a Justin.

— ¿Madison Beer?

— La conoces, pero a quien no conoces. Conoces a todo el mundo eso no lo niego — dije negando con mi cabeza.

— Fui su mentor cuando empezó con su carrera, la ayudé a tener su primer sello discográfico. Aunque todos hallan dicho que éramos más que amigos siempre la respeté. Era como parte de nuestra familia, aunque todavía lo es, pero hace meses que no la veo — agregó mirándome por unos segundos para luego dejar su vista en el juego.

— Esa hormiga es una chica con mucho carácter, cuando golpeé a su novio pensé que me iba a golpear ella a mí. Casi me hago poppins del susto.

— ¡Oh Dios! ¡hace tiempo que no escuchaba esa palabra! — habló Justin mientras pausaba el juego y se giraba hacia mí con una sonrisa.

— Le decíamos Poppins al excremento, mamá nos odiaba cuando le decíamos así — hablé sonriendo — Hasta que cumplimos 12 años y dejamos de decirle así —

— Fueron buenos tiempos — comentó a lo que yo asentí.

Estuvimos jugando por una hora hasta que nos aburrimos. Me tuve ir a casa ya que Harley llamó a Justin para que la recogiera, así que solo agarre mi moto y llegue a casa. Cuando me cambie de ropa por algo más cómodo llame a mi madre, aunque hayamos hablado ayer en la noche siempre la llamo.

— Como están la vacaciones — hablé viéndola por la pantalla.

— Aquí la playa es magnífica, hace calor, pero el viento helado lo soluciona todo. ¿Y con la entrevista que pasó? — comentó mirándome.

— Pasado mañana tengo la entrevista, lo podrás ver ya que estará en directo — contesté sentándome en el sillón mientras comía una dona.

— No estés nerviosa preciosa, solo relájate y se tu misma. No seas tan pesada y cambia esa cara de bulldog, todo saldrá bien. Solo hablarán de tu música y todo eso.

— Lo se mamá, pero no puedo evitar estar nerviosa, más encima cantaré en los billboard con Justin con más de 100 mil personas allí mirándome — dije abriendo mis ojos viendo la sonrisa de mi madre al otro lado.

— No me vengas que estas nerviosa, a ti te gustaba la atención. Te ponías a bailar al medio del centro comercial cuando escuchabas tu música favorita en los altavoces, Justin era el tímido. Tu siempre fuiste la que ayudaba a sacar su timidez a luz, ahora él lo está haciendo contigo. Deja que te ayude y no seas testaruda corazón.

Yo solo asiento por sus sabias palabras, cada vez que estoy deprimido o algo por el estilo acudo a ella. Era la luz que me saca cuando estoy en la oscuridad. Eso sonó muy dramático pero es la mera verdad.

— Te amo madre, nos vemos dentro de un mes —  hablé despidiéndome.

— Te amo hija, cuídate y nada de drogas.

Yo solo niego y nos despedimos. En cuanto corto la llamada recibo un mensaje de Kendall.

Llegare en dos minutos a tu casa, espero que me hayas dejado donas.

Sonrío por su mensaje y le contesto de vuelta. Había comprado unas diez donas y solo quedaban cuatro, así que solo la guardo para la castaña ya que si no le dejo me molestará todo el tiempo y se me va a enojar. En cuanto escucho el timbre me pongo de pie caminando a pies descalzos sobre la cerámica fría que me daba piel de gallina, pero aun así me gustaba.

— No te deje nada de do...

Las palabras las corto cuando veo al novio o no sé lo que son todavía al otro lado. Pero sabía que esto iba hacer muy pero muy incómodo.

¡Púdrete Bieber! / Madison Beer y tú G¡PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora