Capítulo: catorce

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— Les traje un café — hablé al entrar a la habitación.

Mis padres reciben el café y salen de la habitación, miro hacia Justin y este tenía sus ojos cerrados. Me siento aún lado de él y agarro su mano, tenía sus manos heladas así que le empiezo a dar calor con las mías.

— Te acuerdas cuando estábamos en primaria y un niño me molestaba, siempre me escondía en los casilleros cuando lo veía al final del pasillo con su amigos — dije viéndolo — Un día me acuerdo que estábamos en el casino y ese día justo peleamos los dos, llega Bryan todavía me acuerdo su nombre. Me bajó los pantalones enfrente de todos y con los profesores presentes, quería saber si era hombre o mujer. En ese momento no sabía que hacer estaba paralizada, pero de la nada tu llegaste y lo empujaste, le dijiste: no vuelvas a molestarlo porque no está solo, es mi hermano y lo voy a proteger por el resto de mi vida — termine sonriendo.

Analizo su expresión y estaba relajado, giro mi vista y veo a Harley entrar a la habitación. Se sienta delicadamente en la camilla mientras acariciaba su mano. Me pongo de pie y salgo de la habitación, veo a mis padres conversar en susurros, pero al verme se quedan en silencio.

— Hay que irnos, Harley se quedará con él hasta que se termine la visita — habló mi madre.

— Yo también me tengo que ir, tengo que trabajar — dijo mi padre — Me llaman cualquier cosa —

Las dos asentimos y lo abrazo fuerte, me da un último beso en mi frente y comienza a caminar.

— Yo iré a casa, este día fue una mierda — hablé sentándome aún lado de ella.

— La chica fue muy grosera en decir todas estas cosas — dijo mi madre — Pero te felicito ya que contestaste respetuosamente y los defendiste, si hubiera estado allí no hubiera contestado de la misma forma —

— No creas madre, tenía unas ganas de lanzarle el vaso con agua en el rostro, pero por John y la gente que estaba presente no lo hice — hablé mirándola.

Escucho su risa haciéndolo yo igual, empezamos a caminar por los pasillos en dirección a mi auto.

— Ahora que recuerdo ¿no estabas en tus vacaciones? — pregunté mirándola.

— Llegué ayer, era una sorpresa, pero menos mal que me vine antes.

Yo solo asiento, nos subimos al auto ya que había venido en taxi hacia acá. En el trayecto a su casa estuvimos conversando y conversando, la dejo en su casa y voy rumbo a la mía al llegar me acuesto en el sillón y escucho solo música relajante en toda la sala. Cuando cierro mis ojos escucho el timbre de mi casa sonar, bufando camino hacia la puerta de madera y la abro.

— Me entere lo de tu hermano — dijo Kendall en cuanto me vio.

Yo solo sin decir nada me lanzo hacia ella, ella me abraza sin dudarlo. La necesitaba completamente, era la única que me entendía a la perfección y que me escuchaba sin criticar.

— Esta bien, está fuera de riesgo, pero nos dio un susto terrible — hablé alejándome de ella para luego dejarla pasar.

— Dios fui una pésima amiga, te dejé en el peor momento en el que más me necesitabas. Tuve que estar allí en tu primera entrevista y sobre todo en el hospital. Mierda... no pensé que sonara tan mal, pero ahora que lo digo lo es — dijo mirándome.

Yo solo suelto una pequeña risa y tomo su mano.

— Esta bien Kendall, todo está bien con mi hermano, con la entrevista no tanto pero menos mal que no estuviste allí. Estuvo fatal.

— ¡No ves es por eso! Si yo hubiera estado allí no hubiera sido tan amable ni tan respetuosa con tu lo hiciste — dijo enojada — Hubiera tomado ese vaso con agua y ¡bam, en tu cara perra! —

Yo solo río ya que al estar enojada Kendall suele exagerar ciertas cosas. Sobre todo, su expresión facial y sus manos.

— Esta bien, todo está bien. Yo también te debo una disculpa, sobre tu... tu nuevo novio — termine suspirando — No voy a negar, me cae horrible y espero que nunca más lo traigas para mi casa. Solo aceptaré que estés tu aquí —

— Si... hablando de eso. Me di cuenta que fue muy grosero, él no es así te lo juro, pero puede ser que los nervios no lo sé solo olvídalo — dijo agarrando mis manos.

— Lo olvidaré, solo quiero tomar una pequeña siesta. Mi teléfono no ha dejado de sonar y sonar, creo que cambiaré el tono de mis notificaciones — hablé recostándome en el sillón.

Veo que Kendall se acomoda y me deja colocar mi cabeza en su regazo, sintiendo segundos después sus suaves caricias.

— Así es la vida de los famosos querido, y esto recién está comenzando.

— Dios... no sé si es esto lo que quiero. Bueno, mis padres dicen que tengo talento y todo eso, pero no lo sé. Lo mío no es cantar Kendall, lo mío es bailar. Moverme al ritmo de la música y sacar nuevos pasos, nueva coreografía — digo mirándola a los ojos.

— Prueba cariño, prueba con esto. Si te sientes cómoda o si realmente te gusta sigue. Puedes mezclar el canto con el baile, hay varios cantantes que lo hacen y debo decirte que mola demasiado — contestó con una sonrisa.

— Puede ser, tendré que ver cómo va todo esto — termine la conversación cerrando mis ojos de paso.

Solo siento mis párpados cerrarse y sentir las caricias de Kendall. Dormiré como un bebé.

¡Púdrete Bieber! / Madison Beer y tú G¡PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora