Capítulo: veinte y seis

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Cuando ayer había cerrado mis ojos me había quedado dormido, Madison me tuvo que despertar y cuando me despertó estaba con el agua helada. Así que la tuve que calentar nuevamente para así bañarme, ahora me estaba vistiendo para ir al cumpleaños. Madison se tuvo que ir para su casa para bañarse y para arreglarse y halla nos íbamos a encontrar, llevo a Hércules ya que se pone a llorar a la hora de estar solo en esta inmensa casa.

— Now this looks like a job for me So everybody, just follow me 'Cause we need a little, controversy 'Cause it feels so empty, without me — susurré al cantar mientras doblaba una esquina.

Al llegar a la casa de mi madre estacionó dejando el auto lo más cerca de la casa ya que no quería caminar demasiado. Bajo con Hércules con su correa y caminamos hacia la casa. Al abrir la puerta escuchaba risas y voces, suelto la correa de Hércules y este sale corriendo al perro de mi mamá que era cachorro al igual que el mío.

— ¡Llego la otra cumpleañera! — gritaron.

Al verme mis hermanos pequeños corrieron hacia mi abrazando mi cintura. Abrazo a cada uno de los pequeños para luego verlos correr hacia el cachorro que en cuanto lo vieron que venían hacia Hércules empezó a correr haciéndome reír. Saludo a cada uno de mis familiares no viendo a Madison en ningún lado, miro a mi alrededor y estaba todo decorado bonito. No estaba tan excesivo era normal y sencillo. Como lo era mi madre.

— Pero como esta mi sobrino Justin — habló mi tía mientras me abraza mirando confundida a mamá.

Mi mamá y Justin me hace gestos de copas una cien veces entendiendo que estaba pasada de copas. Yo solo sonreía y asentía a lo que me decía, cuando dijo que iba a buscar un trago a dentro de la casa Justin me toma del brazo y me saca de allí.

— Gracias — le susurré.

— No te preocupes, a mí me confundió con Jaxon. Dijo: pero que esta grande mi sobrino, no me digas que es Jaxon, Dios son todos iguales — habló imitando la voz de mi tía haciéndome reír.

— Pero en eso tiene razón, te pareces mucho a Jaxon. No lo puedes negar.

— Sí, puede ser.

Yo solo asiento y empiezan a poner música de repente. Viendo que mi tía tenía un trago en las manos y comenzaba a bailar en medio del patio. Ella era el alma de la fiesta, y sobre en navidad y en año nuevo.

— Iré a buscar un jugo, ya que no podemos beber — dije golpeando suavemente su brazo viendo que el rubio comenzaba a grabar asintiendo a mis palabras.

Comienzo a caminar hacia la casa donde estaba todos los refrescos. Al llegar a la cocina abro el refrigerador y saco un jugo de frutilla. Había cervezas y otros alcoholes, pero no podía tomar nada ya que tomaba medicamentos para desinflamar y para los dolores. Así que cierro el refrigerador rápidamente para no tentarme, estaba a punto de doblar la esquina hacia al baño cuando un par de voces apenas susurrando me llaman la atención. Confundida me asomo un poquito viendo a mi papá y a mi mamá hablando.

— Tenemos que decirle Jeremy, han pasado 26 años. No puedo seguir con esto, ella tiene que saberlo hoy — habló mi mamá.

— No puedes decirle hoy Pattie, es su cumpleaños. No puedes decirle que fue adoptada apenas cumplió un año, no puedes decirle que todo este tiempo estuvimos mintiéndole.

— ¿Q-qué? — pregunté saliendo mi escondite viendo las expresiones de mis padres.

— Hija yo...

— Cuando me iban a contar — hablé enojada — Cuando me iban a contar, cuando cumpliera cuarenta años o cuando me muriera —

— Te lo íbamos a decir — contestó tomando mi brazo mi madre o eso es lo que creía, pero me zafó de su agarre enojada.

— ¿Que pasó aquí? — habló una voz, me giró y era Justin con sus cejas fruncidas.

— Tu hermana lo sabe.

— ¿Tú también lo sabías? — dije mirándolo a lo que él se queda callado — Todos sabían y nadie me dijo ninguna mierda, todos sabían que no pertenezco a esta familia y era puta una huérfana —

— No digas eso ________, tu eres parte de nuestra familia, eres mi hija — habló mi padre.

— ¡Soy adoptada! — alce la voz enojada — No quiero hablar, necesito aire — antes que pudiera detenerme salgo de allí.

Hércules al verme me empieza a seguir, pero rápidamente salgo de la casa sin él, escuchando como lloraba al otro lado de la puerta. En cuanto salgo de la casa veo a Madison salir del auto con una sonrisa, al ver mi expresión frunce sus cejas confundida.

— ¿Qué pasó?

— Nada — dije seco caminando hacia mi auto.

Me subo y arranco sin mirar a nadie. Por reojo podía ver a Justin salir de la casa llamándome, pero ya iba a una cuadra y lo iba perdiendo de vista. Manejo unos cuantos minutos sintiendo como mis lágrimas salían de mis ojos, a sollozos y para que hablar de mis costillas. Giro mi vista y veo mi teléfono sonar, llamándome Justin, y mis padres. Estaciono y salgo del auto camino hacia un pequeño puente que estaba en Los Ángeles. Me siento al borde mirando como el pequeño rio que pasaba dejando de mí. Estuve unos minutos tirando piedras al río hasta siento una puerta cerrarse, veo de reojo y era Justin caminando hacia mí. Sin mirarlo ni nada sigo tirando piedras hasta que lo siento sentarse a un lado mío.

— Por qué no me dijiste — hablé después de unos segundos de silencio dejando de tirar piedra.

¡Púdrete Bieber! / Madison Beer y tú G¡PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora