Sentí a Lisa trepando por mi cuerpo mientras trataba de regular mi respiración agitada. Me besó los labios, las mejillas, los hombros, estaba admirándome con pequeños besos y sentí derretirme.
—Lisa... —continuó besándome por todos lados. Comenzaba a amar esos labios. — Déjame intentarlo.
—¿Intentar que? — preguntó sin mirarme ya que ahora regaba besos en mis pechos—
—Hacerte sentir bien. — Y entonces me miró.
—¿Segura?
Asentí sonriendo. La tomé de sus mejillas y pude darme cuenta de que su rostro era muy pequeño. Es decir, tiene grandes ojos, grandes labios e incluso una nariz grande también pero su rostro es pequeño y hace que sus facciones resalten. Era hermosa.
Hice que subiera hasta mi de nuevo y besé sus labios haciéndolo lento primeramente para después profundizarlo un poco. Nos giramos sobre el sofá y me senté sobre ella sin despegarme ni un momento de sus labios. Le quité su chaqueta de cuero y la lancé a algún lugar de la sala, llevaba un top dorado que brillaba bajo la luz y una falda de cuero también, no lo había notado pero estaba vestida muy guapa y cuando recién llegué su aliento ya disparaba olor a alcohol. ¿Habrá salido con alguien antes de llamarme?
Alejé de mi cabeza esos pensamientos que no daban lugar ahora mismo. Acaricié sus pechos por encima de su top, no llevaba sujetador. Okay. Tomé el borde y lo subí por su cabeza hasta sacarlo por completo. Me deslice por sus piernas para acomodarme entre ellas y sentarme directamente en el sofá y poder sacar su falda también, abrí el cierre y la bajé de un tirón. No llevaba bragas tampoco.
Basta Jennie, no significa nada.
Volví a ella para besarla e imitar los movimientos que había hecho conmigo hace unos minutos. Besé sus labios y su cuello, sabía bien. Bajé a sus pechos, sus pequeños pechos y los tomé con mi boca.
—Mmmh, si Jennie.
Lisa gimió mi nombre, señal de que voy por el buen camino. Besé su otro pecho y succioné su pezón, inmediatamente se puso duro como roca. Bajé por su vientre regando besos húmedos en el y al llegar a su centro, no lo pensé dos veces. La ataqué.
Abrí tanto como pude mi boca y atrapé casi toda su feminidad, abría y cerraba mi boca sobre ella rozando mis dientes en sus pliegues. Lisa gemía cada vez mas alto.
Tomé su clítoris con mis labios y empecé a succionarlo, con una mano trataba de detener a Lisa ya que se movía mucho debajo de mi, retorciéndose, y mi mano libre preparó uno de mis dedos para llevarlo a su entrada.
Presioné su hueco y haciendo un poco de presión lo llevé dentro, mi dedo podía salir y entrar de ella con facilidad, Lisa chorreaba de excitación. Sumé otro dedo en ella y sentí como Lisa se contraía sobre mis dedos cuando la follé con ellos a una velocidad máxima.
Pegué mi boca a su clítoris y cuando lo succioné ella se corrió. Pude sentir como sus paredes se apretaban al rededor de mis dedos y como aquel liquido blanco no dejaba de llenar mi boca. Saqué los dedos de ella y lamí todo rastro de su orgasmo.
Le provoqué un orgasmo a una mujer. Le provoqué un orgasmo a Lisa Manobal.
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Infidelidad. - Jenlisa.
أدب الهواةJennie Kim narra su vida perfecta de mujer casada y los problemas que enfrenta cuando inicia una aventura romántica con una encantadora chica Tailandesa que conoció en las calles de Seúl. Historia respaldada por pluma y papel. Todos los derechos son...