Misma moneda.

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Después de su orgasmo, Lisa se quedó unos minutos dormida y yo me acomodé sobre su cuerpo desnudo. Con mi cabeza sobre pecho lograba escuchar los latidos calmados de su corazón. Luego entré en razón.

Seguramente que es el alcohol que se bebió antes de verme  la hizo dormir. 

—Lisa... — mi llamado no funcionó, así que lo hice más fuerte— ¡Lisa! 

—Jennie, por Dios ¿Por qué gritas? — se llevó ambas manos a la cara para frotarse con ellas. 

—Lisa. —me miró— Antes de llamarme ¿Dónde estabas? —realmente no era de mi incumbencia pero la duda me estaba matando. 

Se removió debajo de mi cuerpo y pude notar su incomodidad. 

—Salí por ahí. 

—¿Con alguien?

Asintió con la cabeza sin dejar de verme. 

—¿Con una chica?  

—¿Por que piensas que fue con una chica? — achinó sus ojos e hizo un chasquido con su lengua.

—¿No fue así? 

Ella negó y yo me quedé sin habla. Creí que era abiertamente homosexual. 

—Entonces. Saliste por ahí con un chico. — juntaba las palabras que ella misma había dicho. 

—Si. Estuvimos en un bar. 

— ¿Es tu novio? — hacer esta pregunta me inquietó un poco. Por favor di que no, por favor di que no. —

— No Jennie, no lo conozco. — Eso estaba bien, tal vez fue la primera cita. — Solo bebimos unas copas, muchas copas. Y estuvimos un rato en el baño. 

Espera, ¿QUÉ?

—¿En el baño? — pregunté porque tal vez, solo tal vez no escuché bien lo que dijo. 

Lisa giró su cara hacia mi y fijó su mirada en la mía. No podía percibir ninguna reacción en su perfecto rostro.  

—Te acostaste con él. — solté. No fue una pregunta, fue más una afirmación. 

Algo dentro de mi se incendió. No supe que me pasó pero me levanté como rayo de sus brazos y busqué mi ropa por el piso, estaba junto a la silla donde había empezado más temprano. 

Comencé a cambiarme y miré a Lisa con una cara de confusión. Tal vez no lo entendía, a decir verdad yo tampoco. Pero me estaba arriesgando muchísimo por estar aquí con ella haciendo estas cosas para que me diga que se acuesta con todo mundo. Yo era una más en su lista. Tonta Jennie. 

—Jennie ¿Qué haces? ¿Qué pasa? — tomó su falda y su chaqueta y comenzó a vestirse. Solo se puso eso. Tan fácil.  

—Nada. Tengo que irme, mi esposo me espera. 

Dicho esto tomé mi bolso, mi abrigo y salí por la puerta azotándola detrás de mi. 

Fue un error. 





Infidelidad. - Jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora