6. Ese es mi dedo favorito.

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 capitulo 6

—¡Diablos! —se queja confuso

Intento pensar en donde se puede ocultar, podría esconderlo en mi closet pero que tal si mi madre se le ocurre la maravillosa idea de acomodar la ropa, abajo del escritorio no, es lugar es demasiado visible

—La noche estuvo tranquila, así que puede dormir —mi madre sigue hablando mientras sube las escaleras, se que esto está pasando el tiempo normal, pero para mi es como si estuviera pasando en cámara lenta...

Miro mi cama y entonces por fin una buena idea viene a mi cabeza.

—Abajo

Eros voltea de prisa mirándome confuso.

—¿Abajo?

Señalo la cama sin detenerme —Metete abajo

No se porque estoy tan nerviosa que mi madre lo vea aquí, no creo que se moleste, o algo así, cuando éramos pequeños dormíamos en la misma cama, y ahora me da miedo que nos descubra ¿pero descubrir que? si no estábamos haciendo nada malo

—Si, si metete abajo —ajito las manos como si me estuviera quemando —metete ya ya —le urjo en voz baja

—¿Abajo de tu cama ? —cuestiona con una cara como si no se la  creyera

—Si metete —lo agarro de la camisa y lo jalo obligándolo a agacharse

—¿Y crees que no me va a ver?

Eros se agacha y se va resbalando por el piso poco a poco. primero mete las piernas y los pies después el dorso —No agás ruido, y no te quejes por lo que encuentres ahí —me arrodillo y le doy un beso en los labios

—No me quejare si cuando salga de aquí me das otro beso

—Trato hecho —le dijo poniendo mis manos sobre su hombro izquierdo, su cara está pegada al suelo. Lo empujo un poco para que ente totalmente abajo de la cama, antes de levantarme de digo que se calle poniendo mi dedo índice sobre mis labios.

—¿Mamá? buenos días —corro hasta mi escritorio jalando la silla para dejarme caer de golpe sobre ella por lo que esta se hace un poco para atrás haciendo que casi me caiga de espaldas

La puerta se abre y la cara de mi madre aparece por el marco de la puerta —creí que seguías dormida  —una sonrisa aparece en su carita

—Tengo que hacer tarea —junto los labios aprontándolos un poco mientras miro el rostro de mi madre

—¿Cuándo comienzas el trabajo?

—Mañana después de clases

—Sabes que no es necesario —su voz es tranquila y cálida

—lo se, pero no es suficiente con lo que ganan tu y papá por eso....

—Nada más yo —mamá me interrumpe dejándome con las palabras en la boca...

¿Cómo que nada mas ella?, ¿Qué hay del sueldo de papá?

—¿Por qué nada más tú? —cuestiono bastante intrigada y con un poco de miedo por su respuesta

—Tu padre y yo no estamos bien...

Quiero preguntarle quiero que me cuete quiero escucharla pero recuerdo que eros esta debajo del cama y el no tiene porque entrarse de asuntos familiares

—podemos hablar de eso más tarde, quiero escucharte con atención y sin contratiempos

—claro, igual tienes que enterarte tarde o temprano

A UN BESO me rindo ante tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora