25. Solo retrasas el sufrimiento y lo inevitable

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capitulo 25

Eros Abreu

 La oficina  está vacía, la lluvia azota contra los ventanales, permanezco  de pie delante de estas observando todo,  las manos en los bolsillos del pantalón, la imagen de los ojos de Psique aparecen en mi mente, mientras me hundo en los recuerdos, veo como la punta de unos tacones rojos se asoma por el borde del paraguas perdiéndose dentro de la empresa. permanezco ahí hasta que la puerta se abre y el sonido hueco de los tacones de rebeca se esparce rápidamente por toda la sala, la observo de reojo, trae puesta una falda negra que se pega a su cuerpo, junto con una camisa blanca con un listón rojo hecho un moño en la zona del cuello y como complemento aretes, tacones y un bolso rojo que hacen juego con su cabello.

—Bien.—dice ella sentándose justo detrás de mi

Me giro lo suficiente para poder mirarla a la cara, sus cejas perfectamente peinadas, sus pestañas ligeramente levantadas, sus brazos cruzados por encima de su pecho y sus piernas una encima de la otra agitando el pie sin parar.

—¿Recibiste los papeles?

Receba bufa

—Claro que los recibí, ¿y sabes que también hice?

Le doy una mirada fría para que continúe

—Los deseche 

—¡Rebeca! —levantó un poco la voz apunto de perder la calma pero logro controlarme —Rebeca, ese contrato lo firmamos hace muchos años...

—Pero no tenías problema con el hasta ahora —me interrumpe poniéndose de pie bruscamente.

Sus palabras me hacen callar, y es que no puedo negarlo, nunca estuve de acuerdo pero tampoco era algo que me molestara tanto, era como un «pues que se le va hacer», pero ahora que regrese si que hay algo que me interesa y este estúpido contrato me limita, di mi palabra y se que no puedo romperla pero no quita que tenga ganas de borrar ese contrato de sobre la faz de la tierra.

—Rebeca, las cosas han cambiado, ya no somos aquellos niños que firmaron por complacer a sus padres, éramos unos niños que solo se querían hacer los chulos, jugando a ser grandes. 

Rebeca resopla y se aleja un poco de mi 

—Eros —dice con un tono lleno de maldad —Yo no firme nada para complacer a nadie, todo lo que he hecho ha sido por mi gusto y te aguantas, porque no pienso firmar nada.

Intenta volver a huir pero la detengo tomándola del brazo y jalándola de regreso.

—Beca, no seas una puta caprichosa y firma

—NO —sentencia amenazando — Y te jodes —un tono burlón y tajante deja con esas palabras.

—¡Rebeca!

Alego pero en el rostro de ella solo de dibuja una leve sonrisa maliciosa.

—¡¿Por que tanta insistencia?! —grita —De verdad que debes estar desesperado. —jala su brazo sacándolo de mi mano —Mira que venir hasta aquí en menos de un día no es sencillo, jamás lo harías por mi, ¿Entonces por quien lo estas haciendo?.. se que no soy lo suficientemente importante como para llamar tu atención, ni siquiera cuando paso ese incidente con atenea te diste el suficiente tiempo como para ir hasta allá y consolarla, solo moviste tus influencias para solucionarlo todo, entonces Dame el nombre o el verdadero motivo que te hizo venir hasta aquí.

Rebeca sabe demasiado de mi vida, sabe muchas cosas turbias que no me conviene que salgan a la luz, permanezco callado unos segundos, ella se acerca hasta mí rodeándome con sus brazos su olor suave me encanta, quizás me encanta porque ese perfume se lo regale yo, ¡vaya! Sabía a lo que venía, sus manos se cierran detrás de mi cuello y sus ojos me miran, sus labios rojo mate lucen impecables.

A UN BESO me rindo ante tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora