-capítulo 2-
Me descuide un segundo y mis ojos ya inspeccionaron todo el cuerpo de Heracles sin dejar ni un músculo o trazo de piel sin ver, a excepción de en dónde está cubierto, obviamente.
Heracles nota mi mirada sobre su definido y sensual cuerpo, porque de inmediato Una sonrisa de victoria invade sus lindos labios —Oye que linda falda —me elogia acorralándome contra la pared
Mi pulso comienza acelerarse.
—Si verdad —intento mantenerme tranquila y que no note mi respiración agitada
Él mete su pierna entre mi entrepierna presionando un poco hacia arriba, me recuesto por completo sobre la pared y puedo sentir todo de su cuerpo y lo duro que está.
¡Está loco! ¡pero más loca vas a estar tu si sigues con esto!
Me dice mi conciencia que me está agobiando y torturando, pero como si fuera una roca que avientas sobre el agua me hundo hasta el fondo y ya es muy tarde para resignarme y dar retorno.
Dejo escapar un pequeño jadeo —¡Estás loco! tu mamá está aquí y tus hermanos también —lo sentencio
—Entonces no te hare gemir tan fuerte —mete su mano por debajo de mi sostén, sus manos están frías a pesar que todo lo demás de su cuerpo está cálido, esa manos heladas hace que mis bubis se exciten, además la presión de tenerlo tan seca no ayuda en mucho disimular.
—Veamos —dice mientras se acuclilla y desliza sus manos por mis muslos inspeccionando y erizando cada centímetro de mi piel
Se que cualquier chica que estuviera en mi lugar no dejaría de decir «estoy con Heracles Abreu», pero para mi es como «a ese wey», lo conozco desde siempre así que no me vuelvo loca cuando me hablan alguno de los tres, y cuando digo los tres es más que obvio que me refiero a Heracles, Atenea y Hermes. porque podría apostar que el hablar con Eros me desarmaría por completo.
Heracles sube sus manos de nuevo y estas se detienen justo en el elástico de mi ropa interior, sus manos que se deslizan y excitan todo a su paso. baja mis bragas con cuidado y delicadeza haciendo que todo se moje.
—Que sensible eres psique —hace una pausa pero después continua —Ya estás mojada —susurra desde mi entrepierna
No hacemos ruidos, estoy intento callar mis jadeos con mis manos, pero cada vez me es más difícil.
Heracles, pasa uno de sus dedos por mi entrepierna haciendo que me estremezca de pies a cabeza —¡Aquí no Heracles! —le suplico llena de placer poniendo mi mano libre sobre su hombro y entonces me percato que hasta los hombros están bien definidos.
Nunca le había prestado tanta atención a su cuerpo, pero Heracles tiene un abdomen definido al igual que sus piernas y su espalda es perfecta con algunos rasguños apunto de cicatrizar, que me parece de lo más sexy, apuesto que ninguno de los tres tiene ningún gramo de grasa inútil, apuesto que ellos son puro musculo.
¡Dios los genes de esta familia son perfectos!
—Entonces vamos a mi cuarto —dice metiendo sus dedos dentro de mi.
Por accidente se me escapa un pequeño gemido, rápidamente me cubro la boca con las manos —Vamos a tú cuarto —murmuro dentro de mis manos
Mis piernas están temblando tanto que no creo que pueda caminar, no digo ni una sola palabra, Heracles me toma de la cintura y me levanta yo enredo mis piernas a su abdomen desnudo haciendo que ambas partes de nuestros cuerpos desnudos se toquen, subimos al cuarto de Heracles y me deja caer sobre la cama para abalanzarse sobre mi como un animal hambriento, quita mi ropa interior por completo y levanta mis piernas entonces comienza a lamer con cuidado y delicadeza cada centímetro de mi entrepierna, estoy tan mojada que sé que él lo siente y eso lo excita cada vez más, Heracles podrá follarse a quien quiera pero siendo realista no lo hace no se folla a la primera que ve por la calle.
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A UN BESO me rindo ante ti
Novela Juvenilenamorarte de alguien implica abrir tu corazón de par en par para mostrar lo mas perturbador de tu ser, enseñarle lo mas frágil y débil de tu persona