9. Blanco

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Le costó un poco girar la llave, pero lo consiguió con ayuda de otro de los uniformados. Abrieron la antigua puerta, dejando ante todos una pared metálica y brillante con un botón a la izquierda.

—¿Qué es eso?— me preguntó Lexie en voz baja.

Cada vez que no entendía algo me lo preguntaba a mí, como si yo pudiera darle todas las respuestas del mundo, y hasta aquel punto, pude contestar casi todas sus preguntas, utilizando mi lógica y conocimientos, pero esta vez me era imposible. Ni siquiera era capaz de crearme una teoria que se acercara.

—No tengo ni idea.— le contesté al final.

Uno de los "guardias", como lo había llamado la mujer, apretó el botón, haciendo que se iluminara, tornandose de un color amarillo brillante.

Esperamos en silencio unos cuantos minutos que se me hicieron interminables, cuando mi boca se abrió, formando una gran "O".

La pared metálica se había abierto, desplazándose de derecha a izquierda, dejando ver en su interior una pequeña sala plateada y reluciente.

Los guardias entraron, empujándonos para hacerlo también, aunque no tenía muchas ganas de entrar.

Sujeté la mano de Lexie con fuerza, y empecé a rezar mentalmente para que no muriéramos en ese instante, aunque no me parecería muy lógico con los hombres también allí.

La pared de metal se cerró a la vez que uno de los guardias apretaba un botón rectangular que no había visto antes.

"Nivel subterráneo"

Nunca había oído hablar de un subterráneo en la isla, ni siquiera la mina la considerábamos demasiado profunda.

Cuando la pared estuvo totalmente cerrada, la habitación empezó a moverse, haciendo que Lexie soltara un grito, y que el hombre que se había reído de nosotras empezara a hacerlo de nuevo.

—Es solo un maldito ascensor, ni que fuera la gran cosa.

Vale, ¿Que mierda era un ascensor?

Nunca había oído hablar de algo así, ni siquiera en las clases extra que hacía en la primaria, en las que nos enseñaban temario extra a los que nos resultaba muy fácil el que hacíamos.

El "ascensor" bajaba hacia abajo bastante lento, y no supe por cuantos minutos estuvimos ahí metidas, pero para mi fueron eternos.

Sentía como si estuviéramos viajando en el tiempo o algo así, aunque tampoco me parecería extraño que apareciéramos 2 años en el pasado a estas alturas.

La pared se abrió de nuevo, dejando ver un camino más oscuro que el azabache mismo ante todos.

—Estamos en el nivel subterráneo, llegaremos en 5 minutos.— le dijo uno de los hombres de negro al aparatito.

Necesitaba saber qué era esa cosa y como la gente se comunicaba con aquello. Estaba acostumbrada a saberlo todo, y el no entender algo me desquiciaba de sobremanera, haciendo que quisiera empezar a darme cabezazos contra la pared hasta romperla, o romperme la cabeza.

—Dhairya...— me susurró al oído Lexie— Me da miedo la oscuridad, no quiero ir por ahí.

Era cierto que aunque hubiera crecido y dejado de ser una niña algunos años atrás, Lexie seguía teniendo miedo a la oscuridad. Era incapaz de dormir totalmente a oscuras, así que siempre prendía una pequeña lámpara para hacerlo, y odiaba cualquier lugar oscuro, sabía que empezaría a tener un ataque de ansiedad si pasábamos por allí.

Los guardias intentaron empujarnos hacia delante, pero me quedé quieta como una estatua de piedra, agarrándome a la mano de Lexie.

—Moveos ahora si no queréis que...—empezó el mismo guardia.

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