Conseguí atraparla justo antes de que cayera al suelo y acabé arrodillada con ella entre mis brazos.—Lexie, Lexie, ¡Lexie!— intentaba no gritar.
Le di golpes sin mucha fuerza en la mejilla, con la esperanza de que abriera los ojos, pero al ver que no lo hacía me preocupé más y le tomé el pulso, poniendo dos dedos en su cuello con un poco de presión.
Pum pum, pum pum, pum pum.
El corazón le seguía latiendo, menos mal.
No se me ocurrió otra cosa que levantarla en mis brazos de forma nupcial y llevarla a la cama. Me costó un poco debido a mis músculos poco desarrollados, pero al final, lo conseguí sin que nos cayéramos ninguna de las dos.
En menos de dos minutos conseguí despertarla, repitiendo el proceso de darle golpecitos en la cara, y tirándole un poco del agua que había traído una guardia en la cara.
Mientras intentaba reanimarla habían aparecido varios guardias a dejar bandejas encima de las camas de cada una, con un puré gris extraño que no me apetecía mucho probar.
—¿Qué...?— empezó Lexie con una voz muy ronca.
—¿Cómo te encuentras?— la corté con preocupación.
Se giró hacia mí, como si acabara de reparar en que estaba ahí, cambiando su expresión a una más relajada.
—Bien.— respondió con un intento de sonrisa, aunque no le salió muy bien.
—¿Bien? Lexie, te has desmayado al entrar aquí, y parece como si te hubiera pasado un camión por encima.— le recriminé.
—Estoy bien, en serio.— la segunda sonrisa sí le había salido bien, así que lo dejé pasar.
Me fijé mejor en su rostro cansado, quedándome medio ensimismada por un momento.
—¿Qué has hecho hoy?— le pregunté.
Se quedó unos momentos pensándolo, mirándola fijamente. Me adelanté antes de dejarla hablar.
—¿Dónde te ha llevado Aledis?— le pregunté, esta vez más seria.
—Solo a un despacho a hablar conmigo.— que mirara a la comida de aspecto dudoso antes que a mí, me irritó un poco.
—¿Durante todo el día?
—Después de tantos años, teníamos mucho de lo que hablar.
—Y por eso has vuelto casi muriéndote hace cinco minutos.— dije, con un dejé de ironía.
Se quedó callada, mirando al infinito, ahora ni siquiera buscando una respuesta.
—Lexie, si te ha hecho algo...
—No me ha hecho nada, es mi hermano.
—Mi padre era familia, y no por eso...
—¡Para! ¡No compares a tu familia con la mía!— seguido de eso se giró, dándome la espalda.
Su enfado repentino me sorprendió un poco, porque ella no era así, nunca se enfadaba ni te hablaba mal por muy mal que te portaras con ella. Pero sí había algo más grande que mi inteligencia, era mi orgullo, así que me subí a la litera de arriba sin siquiera quitarme los zapatos ni cenar, y me quedé mirando al techo con el ceño fruncido hasta que apagaron las luces.
En aquella inmensa oscuridad me quedé pensando en porque Lexie había llegado tan cansada y no quería contarme porque.
A fin de cuentas seguí siendo su mejor amiga y la persona en la que ella más confiaba, ¿verdad?

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La Isla
Mystery / ThrillerDhairya vive en una isla en la que es imposible entrar o salir de ella, pero en esta, casi nadie muere por una causa natural. Supuestamente, por la sobre población, si dicen tu nombre por los altavoces, todos irán a por ti y el primero que atrape al...