Me desperté tres horas después, algo mejor del dolor de cabeza y habiendo descansado un poco.Mi madre me había hecho irme a la que era antes mi habitación en casa de mi abuela para descansar algo mientras ella hacía algo de comer, asegurándome que los guardias aún tardarían más tiempo en encontrarme allí, ya que la casa estaba supuestamente abandonada.
Me levanté lentamente, disfrutando el olor a sopa de picadillo recién hecha, la especialidad culinaria en mi familia.
Hacía tanto que no disfrutaba de una buena comida, que me encontré ansiosa por ir a la cocina.
Las heridas habían descansado después de ser desinfectadas, así que ya estaba mejor, aunque sin saber cuánto duraría aquello.
Definitivamente necesitaba un hospital.
¿Pero cómo ir siendo la persona más buscada en toda la isla?
Me levanté, poniéndome de pie, notando como iba un poco coja y fijándome en la pequeña habitación.
Estaba toda pintada de tonos morados, mi color favorito de niña, y tenía cuadros y fotos mías de pequeña por todos lados, desde tiradas por la mesilla de noche, hasta pegadas por todas las paredes.
La cama era bastante pequeña, como todo, pero gracias a mi mínima altura no se me sobresalían los pies.
Las cortinas se combinaron con las sábanas de invierno de la cama, ambas repletas de tulipanes de un violeta brillante.
No quería hacerlo, pero después de tanto tiempo, la curiosidad me carcomió y me acerqué al escritorio bajito que había debajo de la ventana.
Era un escritorio de madera clarita muy sencillo, con algún cuento para niños, pegatinas y una silla violeta.
Lo pillamos mini Dhairya, te gustaba el lila.
Me entristeció ver lo lleno de polvo que estaba todo; desearía que todo fuera diferente y ella siguiera aquí para poder jugar algún juego de mesa juntas.
Estuve a punto de salir de la habitación solo para no volver a ponerme a llorar, cuando la vi.
Una pequeña notita oculta entre los lápices que había en el vaso de cerámica con forma de champiñón que yo usaba de lapicero.
La agarré con el ceño fruncido, el cual se frunció todavía más cuando la abrí.
"Conozco tu secreto, abrázame".
¿Qué?
Estaba escrita en la letra de mi abuela, pero aquello no era posible, porque ella ya no estaba.
Entonces, ¿había sido escrita antes de su muerte? ¿Porque la dejaría ahí?
Decidí volver a dejarla donde estaba e ir a comer con mi madre, que ahora llamaba mi nombre desde la cocina.
—¡Dhairya, que ya está la comida!— gritó justo cuando entraba por la puerta.
—Estoy aquí, mamá.— aquello hizo se diera cuenta de mi presencia.
Me senté al ver que la mesa ya estaba puesta y con la comida servida en los platos.
—¿Está bueno, hija?— me preguntó soplando su propia cuchara para después llevársela a la boca.
—Sí, sí, te ha quedado genial.— le dije sinceramente al haber probado la calentita sopa.
Y lo pensaba de verdad, aunque en aquel momento todo me parecía mejor que la asquerosa pasta del sector subterráneo.
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La Isla
Mystery / ThrillerDhairya vive en una isla en la que es imposible entrar o salir de ella, pero en esta, casi nadie muere por una causa natural. Supuestamente, por la sobre población, si dicen tu nombre por los altavoces, todos irán a por ti y el primero que atrape al...