ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴛʀᴇs

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— Hazme el amor Christopher. —gimió entre besos— Mi amor, te extrañé tanto...

Joder, escucharla gemir y decirme que la haga mía eso hacía que mi entrepierna doliera.

— Yo también mi amor, yo también. — dije jadeando mientras besaba desesperadamente sus labios, la pegué a la muralla para sacarle el chándal y poder tocarla mejor.

La tenía tan dura que con cada roce de su vagina me ponía a mil.

Tenerla con las piernas abierta sobre mis caderas y apretar su culo era el puto paraíso.

Pero tumbarla sobre la cama, bajarle el pantalón y encontrarla con los labios húmedos y su clítoris hinchado cuando me abrió las piernas era el infierno listo para pecar.

Es una hermosura, siempre lo ha sido. El cabello rubio estaba esparcido por toda la cama, se estaba quitando la camiseta y fue cuando sus tetas quedaron al aire.

Joder, me lancé a lamerlas desesperado. Estaban hinchadas, los pezones erectos y gimió tan rico cuando lo atrapé con mis dientes, Els se dejó llevar y comenzó a gemir.

- Espera... - intentó quitarme, pero yo no quería parar, la extrañaba tanto y comencé a succionar para darle más placer.

Grave error.

Un chorro blanco comenzó a salir de sus senos y disparo contra mi boca.

— Mierda. — susurro ella avergonzada, intentó taparse, pero me adelante a tomar sus manos y ponerla al costado de su cabeza.

— No te avergüences, mi amor. — me coloqué entremedio de sus piernas y le acerqué mi polla para que sintiera lo duro que me pone.

Elsie gimió y elevó su pelvis sintiéndola más cerca de su coño.

Joder podría venirme con solo hacer fricción.

— ¿Seguro no te importa? — pregunto ella cerca de mis labios pasando sus manos por mi espalda y negué hipnotizado mirándole los ojos y bajando a sus labios.

Ella fue la que tomo la iniciativa introduciendo su lengua y juntarla con la mía, sus dedos envolvieron cada botón de mi camisa hasta sacarla por completo y tocarme sin ninguna barrera.

Bajo hasta mi pretina y con rapidez se deshizo de todo lo que tapaba mi polla, cuando quedó libre hizo el intento de moverse para chupármela, pero la detuve.

Ella frunció el ceño.

— Nena si me la chupas me corro y yo quiero hacerlo aquí. — con mis dedos comencé a frotar su clítoris.

Estaba tan húmeda, el clítoris tan hinchado que me dieron ganas de prenderme de él.

— Abre. — demande lamiendo mis dedos con su humedad.

Elsie se tumbó de nuevo en la cama, estaba sonrojada y sudada, me abrió más las piernas y sus manos las puso en sus labios vaginales abriéndose ella misma, sonreí porque sabe muy bien como nos gusta a ambos.

— ¿Quieres que te la meta, mi amor? — dije con voz ronca tomando mi miembro y pajeandome.

Ella asintió mientras su vagina palpitaba y se humedecía cada vez más.

Escupí mis dedos y comencé a rozar esa joya roja que tiene entre las piernas, temblaba cada que presionaba su clítoris.

— Christopher, por favor... — gimió.

— Chúpate los dedos. — exigí.

Soltó su vagina y los lamió bajo mi atenta mirada, metiéndose uno y luego los demás, me mostraba como su lengua los rodeaba y lamia, mi polla empezó a palpitar.

SECRETO // ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora