SECRETO // ✓

ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ sᴇɪs

2 años después

2 años y cinco meses de Maddy

Christopher

La nieve nos inundaba, el porche de casa estaba blanco en su totalidad, solíamos pasar en nuestra casa de Tennessee la víspera de navidad, pero este año tuvimos que posponerlo por las fuertes tormentas.

Elsie seguía dormida junto a mi hija, las observé por largos minutos durmiendo plácidamente en nuestra cama, eran unas inquietas.

Mi pequeña Madeleine ya no estaba tan pequeña.

Ocupaba gran parte de la cama mientras que Elsie tenía la manía de tenerla sujeta o al menos sentirla mientras dormía, en este momento la tenía sujeta de la cintura.

Eran una fotocopia ambas.

El cabello rubio sin duda lo heredó de su madre, toda mi hija era de tez clara. Sus cejas casi ni se distinguían al igual que sus pestañas, pero algo tenía mío.

Los ojos.

Resaltaban en toda su hermosura rubia.

Me tenía idiota Maddy, igual o peor que su madre. Esas dos hacían y deshacían conmigo a su antojo.

Jamás me había sentido tan feliz y pleno en la vida con ellas dos aquí, verlas dormir y despertar a su lado era suficiente.

Las amo y de eso no hay duda, por eso había despertado con un pijama que tenía la cara gigante de Santa Claus.

Son unas pequeñas manipuladoras, me habían estado insistiendo desde que llegué del trabajo en usar este pijama igual que el de ellas.

Baje al primer piso en busca de las galletas que había cocinado Estela, la señora que nos hacía el aseo de la casa y nos cocinaba, aunque Elsie se empeñaba en hacerlo ella.

Serví la leche con chocolate en los tazones con la cara de Santa que tanto quería mi hija y tomé las servilletas con la misma cara sonriente del viejo.

Me tenían estresado con todo esto de la navidad, Elsie amo desde siempre la navidad, pero desde que tenemos a Maddy es mucho peor.

No hay un lugar en esta casa donde no allá algo del viejo mirándonos.

¡Hasta el baño está con la cara de él!

No quiero estar bañándome y tenerlo de cortina, joder.

Cargué la bandeja hasta llegar a nuestro cuarto, Elsie no estaba en la cama y sonrió cuando salió del baño y me vio con la bandeja en las manos.

— Buenos días, mi amor. — dije observándola mientras dejaba la bandeja en la cómoda que teníamos en el cuarto.

Envolví a Elsie entre mis brazos y la sujeté de la cintura tomando de sus labios y besándola de manera lenta y suave.

Ella llevó sus brazos por alrededor de mi cuello y sus manos acariciaron mi cabello haciendo que el pijama se le subiera y sintiera la piel de su abdomen.

No podíamos ir más allá porque estaba nuestra hija en la habitación, la amaba tanto, pero en estos momentos la quería tener en su habitación encerrada por al menos dos horas.

— ¡Iugh! Papi suelda a mi mami.

Joder ya despertó.

Me solté de su madre para mirarla. Tenía el cabello revuelto y la miraba adormilada, pero eso no evitaba que me mirará con las cejas fruncidas y los ojos entrecerrados.