ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴏᴄʜᴏ

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El vestido celeste se abrazaba a mis curvas, sobre todo se enmarcaba a mi vientre de seis meses.

La fiesta de revelación de sexo me tenía ansiosa, pero a la vez tranquila, sabía que tenía un niño, mi instinto maternal no mentía.

Me puse de pie para admirarme frente al espejo, el brillo en mi mirad había vuelto, pero ahora con más intensidad, supongo que era porque está vez todo iba mejor a como fue mi último embarazó.

Meghan era la única que sabía el sexo de mi hijo, fue la encargada de la fiesta que se encuentra en el patio de nuestra casa de Tennessee.

Mamá también tenía ese instinto, por eso llego vestida con un vestido celeste hasta las rodillas.

— Hola cielo, te ves muy linda. — me dio un beso en la mejilla y pozo sus manos en mi vientre saludando a su nieto. — Están llegando los invitados, deberías ir a recibirlos.

— Voy en un segundo. — dije para luego ir al baño, últimamente me la pasaba en esas cuatro paredes.

Lave mis manos y al salir ríspidamente me sobresalte cuando Christopher me envolvió en sus brazos.

Sus labios se detuvieron en mi cuello dándome besos cálidos y húmedos, solté una risita.

— Chris me da cosquillas. — me queje riéndome a carcajadas.

— Te ves espectacular, mi vida. — me halago como suele hacerlo.

Christopher iba vestido de vaqueros negros, camiseta celeste, pero corbata rosada.

— ¿Por qué llevas los dos colores? — me volteé entre sus brazos apuntado a su ropa sin entender.

— Porque serán gemelos, mi amor ya te lo dije. — afirmó muy seguro de sí.

Negué con una sonrisa.

¡Está loco!

— No Christopher, no serán gemelos además ya tengo seis meses y en la ecografía solo se ve una cabecita.

Hace unos días apenas se quiso mostrar, llevábamos esperando de hace semanas para poder hacer la fiesta de revelación.

— Déjame soñar, Els. — se quejó. — En serio te ves muy guapa. — murmuró subiendo sus manos por mis caderas y sus labios muy cerca de mi boca, la mirada que me dedico me dejo claro que no solo sería un simple halago.

— No, no empieces Christopher. — intente alejarme, pero fue en vano porque sus manos ya estaban en mi trasero apretándolo y su boca devorando la mía.

Gemí en sus labios cuando sus manos apretaron mis senos.

— Están tan grandes, joder. — jadeo Christopher intentado bajarme el vestido y liberar mis senos.

Era el cambio que más le gustaba a Christopher cuando me embarazaba.

— Christopher se nos hace tarde, nos esperan...

No logre terminar cuando sentí su lengua rodear mi pezón, maldita sea, la humedad fue inmediata en mi entrepierna cuando comenzó a saborear mis tetas y tirar de miz pezones con sus dedos.

— Me gusta tanto chupar tus tetas. — murmuró Christopher mirándome a los ojos.

Joder, me acaloraba verlo con sus labios chupeteando de mis senos, como si fuera la cosa más deliciosa del mundo.

— ¡Mami! ¡Vino Dego y Velonica! — escuche de lejos la voz de mi hija, empuje a Christopher lejos intentado subir mi vestido rápido.

Deslizando por mis hombros la tela del vestido fue cuando Maddy abrió la puerta acompañada de mi amiga que no tardo en darse cuenta lo que estaba pasando.

SECRETO // ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora