SECRETO // ✓

ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪsɪᴇᴛᴇ

Elsie

— ¡Christopher! — lo llamo, pero sale del cuarto molesto.

Maddy suelta mi pecho y comienza a llorar sin parar, trato de calmarla, pero la manera en la que llora me desespera por no poder calmarla.

— Ya, mi amor, tranquilita. — susurro para calmar a mi hija.

Adalia mira con mala cara a Cayden y este se hace el idiota sentado en el sofá.

Cuando Maddy comienza a tranquilizarse y controlo su llanto con leves palmaditas en la espalda miro a Cayden.

— ¿Qué te pasa? ¿Por qué le dijiste todo eso? — le recriminó.

— Elsie, se lo merece. — responde con calma.

— No, tú no sabes nada Cayden. — contesto enojada. — No tenías por qué decirle todas esas cosas, lo que yo tenga que hablar con Christopher es mi problema, no tuyo.

Cayden me mira sorprendido por mis palabras y entrecierra los ojos observándome con lentitud.

— ¿Volviste con él? — pregunta y no respondo, él se pone de pie— ¡Eres tan tonta, te deja sola, vuelve y desaparece un mes y vuelves a caer! ¡A las mujeres como tú les gusta eso, que las traten mal! — expresa con odio.

— Cayden bájale a tu tonito. —interviene Adalia— A mi sobrina no la tratas así, te voy a pedir que te vayas, por favor. La estas alterando y ella debe estar tranquila, te agradezco que nos acompañaran, pero te estas pasando.

Lo espera en la entrada con la puerta abierta, Cayden bufa y sale sin mirar atrás.

Lo que esperaba que fuera un lindo despertar con mi hija se ha vuelto un amargo momento con peleas que me alteran los nervios, observo a mi pequeña que tiene sus ojitos cerrados y su boquita con una leve trompita, se ve adorable.

El vientre bajo me duele y trato de acomodarme, pero los ojos se me llenan de lágrimas sin poder controlarlo, no me gusta discutir con las personas y que Christopher se fuera del cuarto sin siquiera volver me pone peor.

— Ya, cielo. — Adalia llega a mi lado y carga a Maddy que ha empezado a removerse. — No llores porque la bebé siente todas tus preocupaciones, cálmate y trata de dormir, yo estaré aquí. — besa mi frente.

Deja a Maddy en la incubadora y vuelve a mí.

— Ignóralos, cielo. — toma mi mano.

— Es que no me gusta pelear con nadie y Christopher se fue... — sollozo.

— Christopher es un estúpido, ahora tienes que ver por tu hija y dejar que haga lo que quiera. — sus palabras duelen.

— ¿Tú crees que debería dejar de intentarlo con él? — murmuro mientras seco mis lágrimas.

— Yo creo que deberían hablar. —sentencia— El haberle ocultado el embarazo y sumarle que él no te digiera sobre su otro hijo es un problema grande en su relación, tiempo al tiempo cielo, ahora descansa.

Asiento y tiene razón, la comunicación en mi relación con Christopher no es la mejor y tuvimos un límite que nos sobrepasó. Cierro los ojos tumbada de espaldas, decido descansar un poco, mi cuerpo esta delicado y de apoco voy perdiéndome en un sueño tranquilo.

Al volver a despertar es de noche, la habitación está a oscuras y observo a mi costado en busca de mi pequeña pero la incubadora está vacía, el corazón me empieza a latir fuerte pero se me estabiliza cuando la veo acurrucada brazos de su padre que está sentado en el sofá con Maddy en el pecho.

Es la imagen más preciosa que han visto mis ojos, quizás en algún momento imagine en mi mente a Christopher así con nuestro hijo pero lo veía muy poco probable pero en este instante no me cabe duda que será el mejor padre que le podría haber dado a mi hija, lo noto cuando la mira, el nerviosismo que le da al cargarla y su mirada llena de amor hacia Maddy.