Cap. 4

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No tardo demasiado en que alguien abriera la puerta dejando libre la entrada y salida a cualquier niño que quisiera leer un poco, el ahora trio salio de la escotilla mientras Lance y León le contaban su parte del plan a Cassandra, habían tenido mucho tiempo para idearlo y aunque era un poco complejo su ventaja era el detalle, sabían cuantos niños y cuantas madres habían en la casa, hacia donde iba cada tubo de ventilación quitándole la molestia a Cass de recordarlo por si misma.
Llegaron a los dormitorios, o al gran dormitorio, no había nadie por lo que seguros, sacaron un plano y unos libros debajo de su colchón gastado y viejo.

-Este es nuestro pequeño tesoro- hablo Lance mientras desplegaba el papel en el suelo, era el plano de las alcantarillas, ventilación, y la casa, Cassandra lo miro sorprendida.

-Como lo consiguieron?- preguntó Cass.

-Tuve que fingir escapar de aquí para que se centrarán en mi mientras que mi amigo entraba y se los llevaba.- dijo Lance orgulloso, podría ser porque fue la carnada o por su amigo.

-¿Como es que no se han dado cuenta?- pregunto de nuevo Cassandra.

-¿Por que crees que estamos tan reforzados de seguridad? Antes las madres nos dejaban salir cuando quisiéramos y no le ponían llaves a las puertas.- contesto Lance con molestia en su voz.

-Ya veo...- contesto sin mas Cass mientras miraba los planos con detenimiento.

-Black Moon...- Cassandra lo volteo a ver. León continuo.- ¿Estas segure de que nos podrás sacar?

Cass contuvo el aliento queriendo hacerse bolita y seguir llorando por hacer esa tonta promesa, no debería poner en sus hombros el peso de liberarlos, se supone que primero debería salir ella, no ayudar a los demás.
Pero era demasiado tarde para echarse atrás.

-Si, se los prometo.- prometió de nuevo Black Moon, consciente de que ahora no tenia que idear solo un plan, si no que también tendría que llevar mas gente con ella, mientras mas personas mas peligroso era y corrían el riesgo de perder a uno en el camino.

Siguieron hablando sobre el plan.

-Aqui es un punto ciego, hay cámaras de seguridad aunque son muy pocas pero abarcan la mayoría de nuestras rutas de escape.- señalo los puntos en rojo que tenia el plano, era donde estaban las cámaras.

-Las madres supervisan mas donde no hay cámaras tapando las rutas de escape.- hablo León mientras se acomodaba los lentes.

-Pero hay un campanario arriba del todo, sospechamos que esto antes era una iglesia, pero como sea, es muy alto para ver fuera del recinto, estamos rodeado por bosque a metros.- Hablo de nuevo Lance, haciendo un gesto exagerado con sus brazos sobre lo extenso que es el bosque.

-Lo que necesitamos es altura si no podemos escalar, podríamos cruzar una cuerda y usarla como tirolesa- ofreció Black Moon.

-Eso suena bien, seria un plan de emergencia en caso de que los primeros dos planes fallen.- contesto León.

Ahora tenían dos planes mas uno de emergencia, sonó de nuevo una campana indicando que era la hora del almuerzo, volvieron a colocar los planos bajo el colchón, salieron a regañadientes los tres ya que lo quisieran o no necesitaban comer, y aunque les costaba admitirlo las madres cocinaban deliciosas comidas.

-Como odio esos panqueques- contaba Lance mientras se dirigían al comedor.

-Lance... Babeas por ellos justo ahora- responde León mientras ve como su amigo esta fascinado por los panqueques.

Entrando al comedor se encontraron a varios niños sentados en sus asientos, parecía que cada uno tenia uno designado, o tal vez no, debería llegar mas temprano la próxima vez. Se sentaron en tres sillas vacias, mirando sus platos de panqueques con mantequilla y jarabe encima, se veía delicioso, eso no lo negaría Cassandra.
Mientras tanto Lance se lanzaba contra ellas a mordizcos, se notaba en sus expresiones que era lo mas rico que habia probado.

El Último Llanto  (Cassunzel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora