Cap. 22

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Abrió los ojos de a poco, cansada todavía, pero un liquido viscoso en su cara la hizo despertar, al abrir los ojos vislumbró la presencia de alguien, más bien de un animal, y no era cualquier animal. Era Fidella.

Cassandra pensó que era un sueño, tal vez una ilusión, después de todo, no sabía que era lo que esos cientificos le habían estado haciendo por casi más de un año. Probablemente eso afecto su mente, con ese pensamiento cerró los ojos planeando volver a un tentador y abrazador sueño.

Segundos después escuchó un ululeo, junto a un relinchido, la curiosidad la hizo abrir los ojos, encontrandose de nuevo con Fidella y esta vez con Búho en su lomo. Ante esa imagen demasiado esperanzadora para ser real, se talló los ojos, mientras tomaba consciencia y despertaba por completo. Vio a ambos animales, esperó por unos minutos, minutos en los cuales ambas criaturas se sacudían, y hacían sonidos de la emoción de volver a verla. Cassandra al ver que esa imagen no desaparecía, se dio cuenta que no era una ilusión, era real, una sonrisa apareció en su rostro de inmediato mientras sus ojos se iluminaban de la emoción, se levantó sin sentir ningún dolor de repente y abrazó a Fidella, segundos después acarició a Búho entre sollozos de alegría.

—Los extrañé tanto, pensé que no los volvería a ver

Entre palabras y gestos de consuelo, llanto y nostalgia, finalmente se calmaron tiempo después, recuperando la compostura y pensando cual sería su siguiente movimiento. Bueno, Cassandra pensaba en que seguiría, que rumbo debería tomar.

Rapunzel.

Pronto esa niña de cabellos dorados invadió los pensamientos de la azabache, recordando la última vez que la vio, fue en un reino, el cual no recordaba el nombre. Ya lo tenía, primero tendría que dirigirse hacia cualquier lado hasta encontrar unas ruinas, un pueblo, una cabaña o una cantina, ahí podría conseguir un mapa o saber en donde se encontraba y cual sería su siguiente destino, y así debía seguir hasta encontrar a Rapunzel. Solo esperaba que la niña rubia no la hubiera dado por muerta después de tanto tiempo.

Se subió a Fidella, renovada y con su objetivo en marcha, lo mejor sería olvidar su tormento en ese laboratorio y centrarse en Rapunzel, la chica que aún hacía latir su corazón. También se llevó la espada, no pensaba dejarla por nada del mundo ahí.

Cabalgó hacia el Norte, o al menos lo que creía que era el Norte, Búho volaba sobre los arboles  guiando el camino y viendo alrededores. Pasaron unos minutos hasta que un ululeo se hizo presente, Fidella se detuvo y Cassandra preguntó.

—¿Qué encontraste, Búho? — preguntó mientras se desviaba del camino.

Un ululeo sonó en respuesta y ella lo siguió, la estaba llevando a algún lugar donde encontraria o un mapa, o comida o recursos que necesitara. Pronto los árboles se quedaron atrás y enfrente descubrió una clase de basurero, habían demasiadas cosas a montones, probablemente la mayoría era basura sin algún uso útil.

-Nota express: recuerdan el lugar donde Cass le borró la memoria a Rapunzel???? ahí está-

Entró en el lugar, buscando algo que le fuera útil, en su lugar escuchó algunas conversaciones que surgían de lo lejos, alertando por completo a la azabache, con espada en mano, cuidando de no hacer ruido y acercándose hacia donde provenía el sonido. Pronto se encontró a una mujer mayor, de cabello largo y a la vez atado en dos cebollas, tenía el cabello gris, con un vestido negro y opaco, se veía algo disgustada, observando enfrente de ella a dos chicas jóvenes, parecían de 17 o 16, una tenía el cabello rojizo, con un tatuaje en el brazo, mientras que la otra parecía que era de bronce su cabello, brillaba con la luz del sol, ahí también se encontraba un hombre delgado, su cabello negro enresado en una cebolla y con barba. Ambas chicas parecían pelear, aunque no era el término correcto, ya que sonreían con complicidad y de vez en cuando se lanzaban insultos amitosos.

El Último Llanto  (Cassunzel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora