Cassandra seguía llorando, había visto la muerte de su padre así que no era de extrañar que se pusiera en ese estado. Sus lagrimas corrían por sus mejillas como ríos amargos de dolor, no podía parar aunque quisiera, en el interior se decía a si misma que estaria bien, que lo que vio fue solo una ilusión, que despertara y se dará cuenta que todo es una pesadilla, que vivirá feliz con su padre el resto de su vida, que seria feliz de nuevo, pero en el fondo sabia que nada de lo que se decía era cierto, su padre se había ido de la peor forma posible y ella... ni siquiera sabia que sería de ella.
Había estado viajando por lo que parecían horas, sin saber a donde iban, pero realmente no le importaba, miro la carta arrugada que sostenía con fuerza, olvidando que la tenía, la guardó en su bolsillo, tenía una sola cosa en su mente ahora: el buscar a su madre y reunirse con ella. No sabia como la recibiría o donde estaba siquiera, pero seria mucho mejor que estar con cualquier otra persona en cualquier otra parte, después de todo su padre le había dicho que la buscara, no podría ser tan mala, ¿cierto?
Sus pensamientos fueron interrumpidos abruptamente por el rechinido de la puerta al abrirse, sus lagrimas pararon mientras miraba a quien estuviera parado en frente de ella impidiendo que los rayos del sol entren por completo, Cass recordó su nueva misión y sin pensarlo demasiado se arrojo hacia la figura, al mirarlo mas de cerca descubrió que era una mujer, la empujó sin darle importancia haciéndola caer, corriendo hacia cualquier lado, pero no contaba con que los guardias reales aun estuvieran con ella, atrapándola y escoltándola hacia lo que parecía una gran escuela. Bueno, realmente nunca a ido a una pero así se lo imaginaba, también podría ser una vieja mansión o iglesia abandonada, aunque no estaba segura.
Todo el lugar parecía tener décadas de antigüedad, tenia un gran portón sarroso, seguramente por las lluvias; las plantas a su alrededor cubrían la pared mohosa, el césped era un poco alto, lo suficiente como para cubrirle hasta la parte inferior de las rodillas, e igualmente cubrir un camino apenas visible entre las hojas secas desprendidas de los arboles, se notaba que no le daban un servicio apropiado ya que la pintura se veía desgastada y rayoneada, a pesar de todo eso, podía escuchar gritos de alegría de niños jugando y riendo, para su desgracia la mujer que antes había empujado y ahora estaba a su lado la miraba con molestia, no había sido una buena primera impresión el intentar escaparse.
Camino cabizbaja mientras la ingresaban al recinto, que seria su "nuevo hogar", al menos temporalment.
Entró con indiferencia, haciéndole caso omiso a las miradas penetrantes que le lanzaban los niños y niñas al verla pasar, no era muy común para ellos a ver nuevos niños llegar, menos una niña con apariencia de niño. La misma mujer que la miraba como una pequeña molestia la guio "amablemente" hasta la habitación donde todos dormían, habían varias literas maltrechas, contaría al menos unas 50 a plena vista, cualquiera tenia un defecto, ya sea por una escalera rota o el metal desgastado y sarroso, incluso los colchones estaban en mal estado.-Esta es tu cama- guio la mujer mayor mientras le ofrecía una sonrisa forzada a la pequeña que miraba la cama, estaba igual que todas las demás, después la mujer la dejo sola retirándose mientras que la pequeña niña se sentaba suavemente en la cama, metió la mano en su bolsillo asegurándose de que el sobre aun estuviera ahí y no se le hubiera caído accidentalmente, afortunadamente aun se encontraba ahí.
Ahora tenia que escapar de esta casa hogar, para eso tenia que saber con lo que lidiaba, si algo aprendió de su padre es a no mostrar tus sentimientos ni debilidades, idear alguna estrategia antes de escapar si es que tienes tiempo, y parecía que aquí tendría toda su vida para pensarlo, se levanto rápidamente, miro por las ventanas la pared que la separaba de su libertad, calculo su tamaño, al menos tendría dos metros de alto, con una cerca por encima, una anchura de menos de treinta centímetros, no podría tumbarla ni intentar cruzarla por debajo sin que se den cuenta, además que eso tomaría mucho tiempo, así que lo mejor seria cruzarla por arriba aunque su pequeña estatura no ayudaba. Tal vez haya otra salida además de saltar la pared y el gran portón de enfrente. Salió del gran dormitorio analizando el orfanato, parecía un laberinto por los tantos pasillos que tiene, o tal vez es solo porque es su primera vez estando ahí. Aunque por fuera parecía una residencia abandonada por dentro se veía como una casa de muñecas, todo estaba limpio y ordenado, las paredes color blanco parecen como si las acabaran de pintar, el suelo de madera no parecia tener rastros de polvo, todo parecia nuevo, por excepción de las camas sarrosas y rotas del dormitorio; por el camino se topo a algunos niños que la miraron hasta que desapareció de la vista, aunque se le hacia incomodo lo podía soportar perfectamente, parecía que nadie andaba mucho por esos lugares, entro en todas las habitaciones que encontraba, las cuales eran pocas, encontró el baño y memorizo el camino en caso de que lo necesitara, había incluso un cuarto donde habían bebes, tal vez los abandonaron, o los encontraron, no sabia con exactitud. Logro encontrar una biblioteca, era demasiado grande para su gusto, aunque leer era uno de sus pasatiempos preferidos no quería gastar su tiempo leyendo cuando podría estar escapando, aun así necesitaba aprender mas cosas para salir al mundo exterior, por lo que resignada se adentro en la biblioteca, podía ver algunos niños sentados en varias mesas alejados los unos de los otros.

ESTÁS LEYENDO
El Último Llanto (Cassunzel)
FanficAmbas comenzaron trágicamente su vida, ambas se salvaron mutuamente y ambas se amaron. ¿Ambas tendrán su final feliz? ¿O las cosas terminaran de la misma manera que empezó? ~~~~~ •Esta historia se actualizará casi todos los viernes. •Continuación...