capítulo once.

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Mateo.

¡¿Trueno está en pareja?!"

"Se filtra un vídeo de Trueno de la mano con una mujer en el aeropuerto, a punto de subir al avión"

"¿Quién es la desconocida que bajó del auto junto a Trueno?¿serán novios?"

Exhalé profundo y tiré mi celular a cualquier parte de la cama.

Masajeé mi sien con estrés y solté bajas puteadas para mis adentros.

A veces es tedioso no poder tener una vida privada como la gente común, hablan sin saber u opinan de la vida de uno como si tuvieran el derecho de hacerlo.

—Amigo, ¿viste? Están re flasheando amor con Akira en todos lados. —informó Daniel entrando a la puerta de mi habitación sin ni siquiera golpear, ya se le estaba haciendo costumbre aquéllo.

—¿Podés empezar a golpear la puerta? —solté malhumorado y él musitó un "perdón" arrepentido, mientras se sentaba en la cama—Sí, ya vi, me tienen las bolas llenas ya.—me quejé con bronca y él rió—También se que le descubrieron el user en Instagram. Yo ayer la desbloqueé, la empecé a seguir y no sé como mierda se dieron cuenta de que era ella, ¡ni siquiera sabían su nombre! Son el FBI, boludo, da miedo ya. —solté indignado y mi amigo lo único que hacía era reír, como si fuese una situación divertida.

—¿Así que te amigaste con Akira? —preguntó cambiando por completo de tema y yo solté un fuerte bostezo mientras asentía con mi cabeza—¿Y qué onda?¿Piensan volver? —preguntó curioso y yo fruncí mi ceño.

No solo me estaba haciendo demasiadas preguntas cuando apenas me despierto, sino que también dice puras pavadas.

—Quedamos como amigos, no digas pelotudeces. —contesté con ofensa y luego me levanté de la cama mientras refregaba mis ojos para tratar de despegarlos—Le tengo que curar el brazo a Akira, ¿sabés si se despertó? —pregunté calzandome las zapatillas, pero éste simplemente alzó sus hombros en modo de respuesta—Uh, tengo que hablar con Kaia también, la puta madre. —me quejé refregando mis ojos y me tiré de espaldas a la cama con cansancio al recordar la última situación vivida con la rubia.

Tenía muchas cosas por hacer, y no me daba el cuerpo para hacer ninguna.

Y es que luego de haberla tratado tan mal ayer hasta hacerla llorar, no podía ser tan gil de no disculparme con ella.

Le tomé cariño.

—Como andamo' con las minas, eh. —me burló él y yo solo rodé mis ojos sin ningún tipo de expresión en mi rostro. Mientras yo sacaba de mi valija una muda de ropa y mi toallón para meterme a bañar—'ta, ¿querés ver como me baño también o te vas a ir? —pregunté arqueando una ceja con total seriedad, él alzó sus brazos como gesto de inocencia y enseguida se levantó de la cama para caminar hacia la puerta.

—Que humor que tenés a la mañana, Dios mío. —refunfuñó en un murmuro y yo resoplé molesto. Cerré la puerta por detrás de su espalda y me metí al baño a prepararme el agua de la ducha.

Abrí el agua caliente y luego la mezclé con apenas un poquito de agua fría como para equilibrar, ya que suelo bañarme con el agua hirviendo.

Me desvestí, me metí a la ducha, y en tan solo unos cortos minutos pude oír la puerta de mi habitación abrirse.

Exhalé profundo para no mandar a nadie a la mierda y me puse debajo de la presión del agua para relajarme, no quería empezar mal el día. Aunque lo más seguro era que se tratase de alguno de mis amigos, me molestaba no tener un insignificante tiempo de privacidad.

destino; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora