capítulo veinte.

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Mateo.

—Me fumo uno y la seguimos, 'toy en blanco. —avisé a Santiago, mi productor. Éste rió levemente y sin problema asintió con su cabeza, mientras él le seguía haciendo algunos retoques a la base—Te extrañé, chupa verga, eh. —solté mirándolo sonriente en cuanto me senté en un pequeño silloncito del estudio mientras Valentín y Daniel, sentados en dos sillones individuales, armaban un porro. Uno lo picaba, y el otro esperaba con el papelillo y todo lo necesario en mano.

—Me voy una semanita de vacaciones y los pibes por acá ya me dicen que estás del anillo, ¿qué onda? —preguntó entre leves risas mientras se concentraba en su computadora de escritorio. Yo enseguida desvié mivista hacia a mis amigos e indirectamente les dediqué mi peor mirada; sabía que ellos habían estado hablando.

—Que poco me conocés, turrazo. —solté chasqueando mi lengua mientras negaba con mi cabeza.

—Se hace el duro pero estuvo atrás de una tanga los quince días de gira. —ventiló el castaño provocando que yo lo fulminara con la mirada mientras los tres reían a carcajadas.

—Chupenme la verga, ya les gustaría estar así con una wacha a ustedes. —chisté  mientras sacaba mi celular para ver la hora. Resoplé molesto cuando lo encontré apagado por falta de batería.

—Con una wacha sí, con mi ex ni en pedo. —contraatacó y ya me estaba tocando demasiado las pelotas. Sabía que lo hacía a propósito para molestarme, pero no me cabía que todos se rieran de mí en mi cara y menos cuando me tocan el tema de Akira.

—¡No me la contés, boludo! —soltó Tatool sorprendido, entre carcajadas, mientras tapaba su rostro sin poder creerlo. Yo exhalé profundo y rodé mis ojos.

—Pasame y la seguimos antes de que lo cague a trompadas al forro este. —pedí estirandole mi brazo al ojiazul para que me pasara el porro recientemente armado.

Valentín rió levemente y no dijo nada, simplemente le dió una calada al porro y luego me lo pasó.

Yo me levanté de mi lugar y le di dos caladas seguidas, todo para terminarlo lo más rapido posible y que me empiece a pegar, porque siempre me ayudaba bastante a la hora de improvisar en el micrófono.

Tatool, mi productor, ya había terminado con la base; habían cosas que no nos cerraban y faltaban corregir, pero en cuanto comenzó una mejorada parecía volar sobre ella.

La viví a flor de piel, cerré mis ojos 5 segundos y dejé que la base corra mientras entraba por mis oídos y me comenzaba a cebar, luego comencé a tirar algunas barras y sin darme cuenta ya habíamos sacado el estribillo del tema.

—Épico, hijo de puta. —soltó mi productor una vez que callé y la base finalizó, yo reí levemente mientras mis amigos festejaban y aplaudían.

—Cuando quieras te enseño, papi. —bromeé canchereando mientras dejaba colgado los auriculares sobre el micrófono—Sos crack, Tati, gracias. —sonreí chocando manos con mi productor y éste me dedico una sonrisa contento.

—¿Ahora que sale?¿ranchada en la plaza? —preguntó el castaño mientras tecleaba su celular, yo fruncí mi ceño confuso mientras le prestaba mi suma atención.

—¿Con quién hablas? —pregunté chusma mientras me colocaba el piluso blanco que había dejado tirado por cualquier parte del estudio.

Tatool ya estaba guardando sus cosas y los chicos ya se estaban levantando de sus lugares.

destino; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora