capítulo treinta y dos.

3.6K 97 86
                                    

akiraconti vía Instagram story.

trueno ha respondido a tu historia|felices 6 meses hermosa, te amo🖤

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

trueno ha respondido a tu historia|
felices 6 meses hermosa, te amo🖤

°

Akira.

—Estoy re nerviosa, Tín. —confesé mordisqueando mis uñas y corriendo el riesgo de que alguna se me parta en dos, pero era lo que menos me importaba en ese momento.

—Yo 'toy re manija, boluda, te juro. —acotó contento con una sonrisa mientras frotaba sus manos ansiosos como un nene. Reí levemente y dejé caer mi cabeza sobre su hombro.

—¿Te despediste de tu mamá y todo? —preguntó llevando una de sus manos a mi mejilla para dejar una caricia, yo asentí con mi cabeza y reí levemente en cuanto un recuerdo de la situación se me vino a la mente—San se quería meter a la valija para que lo traiga con nosotros, y me pidió un autógrafo de Luisito Comunica por si llegamos a cruzarlo. —conté haciéndolo echar una fuerte carcajada que retumbó las cuatro puertas del auto y yo reí levemente al unísono.

Luego, nos pusimos un poco más serios en cuanto el auto frenó en el aeropuerto y ambos le agradecimos al chofer, y fue Valentín quien pagó con la plata que habíamos reunidos entre ambos, mientras yo iba bajando para recibir nuestras valijas.

El chofer nos abrió el baúl del auto y bajó no solo las dos valijas perteneciente una a cada uno, sino que también bajó un bolso y una mochila como si nos fuéramos un año entero. Con la valija inmensa que se había cargado, era más que suficiente.

—Muchas gracias, que tenga buen día. —me despedí de aquél cincuentón que nos acercó al aeropuerto y luego de desearnos un buen viaje, se metió al auto y finalmente arrancó hacia su vuelta.

Al llegar a la puerta corrediza enorme, nos encontramos entre 50 y 80 personas a los gritos eufóricos pegados al vidrio del aeropuerto. Algunas chicas lloraban y otras estaban con el merch de Trueno, entonces supuse por donde venía la mano.

—Nos ponemos las capuchas, ¿sí? Nosotros no tenemos seguridad que nos cuide el culo como Mateo y si nos agarran los fans no nos sueltan más con las fotos. —planeó haciéndome reír un poco mientras se colocaba la capucha de su campera y yo enseguida hice lo mismo con mi buzo para comenzar a caminar cabeza abajo hacia adentro.

Y por primera vez en la vida, agradecía no llevar ni una sola prenda de Mateo, ya que me reconocerían al instante si siempre me muestro con su ropa.

Una vez que logramos entrar sin interrumpciones, me quité la capucha y lo miré de reojo. A metros estaban esperándonos los chicos, y con el ojiazul chocamos las manos victoriosos y entre risas, llevándonos una mirada de confusión provenientes de nuestros amigos.

destino; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora