capítulo veintiséis.

3.2K 87 80
                                    

Akira.

—¿No le dijiste nada a Mateo, Kiki? —preguntó con suavidad el ojiazul algo apenado, mientras sobaba mi espalda.

Yo sorbí mi mocosa nariz y negué con mi cabeza, mientras él con sus pulgares limpiaba algunas lágrimas que habían estado cayendo sobre mi rostro.

—No te hace bien esto, ¿sabías, no? —habló mientras corría hacia atrás algunos mechones de pelo que molestaban en mi cara y luego levantó mi mentón para que lo mirara.

—¿Qué querés que haga, Tín? él no puede hacer nada, yo menos. —contesté suspirando frustrada mientras refregaba mi cara con ambas manos para tratar de así frenar mis ganas de continuar llorando. Ya había estado llorando lo suficiente en los brazos de mi amigo como para que me tenga que seguir aguantando así.

—Hace un mes están de novios, hace una semana empezó a mostrarte y hace una semana no paran de tirarte mierda por el simple hecho de estar con él, ¿cómo no van a hablar de eso? Es importante, Ki, vos no te merecés todo el hateo que recibís. —habló negando con su cabeza mientras dejaba una suave caricia en mi rodilla—Hablalo con Mateo, ¿sí? Decile lo que está pasando, que él esté al tanto de todo. —aconsejó cerrando el tema y yo no contesté nada, simplemente asentí con mi cabeza algo débil.

Aunque realmente no sabía si iba animarme a hablarlo con él.

Era su carrera, es obvio que la gente va a hablar y eso ya me lo advirtió desde antes de que nos pusiéramos de novios...¿pero en serio tenía que aguantarme todo lo que me venía aguantando?

Una semana, tan solo pasó una semana desde que él subió una historia que lo confirmaba todo; un pequeño vídeo donde nos dábamos un beso. Simplemente eso.

El vídeo lo grabé yo con su celular, ya que él tiene un montón de filtros en Instagram que yo no tenía. Salimos a comer todos juntos; nosotros, nuestras madres, y ambos menores. Allí aprovechamos para decirles que estábamos juntos, se sorprendieron muchísimo pero aún así estuvieron más que contentas por nosotros.

Varias personas nos habían visto a los besos, a Mateo en toda la cena le vivían sacando fotos desprevenido o hasta lo interrumpían para pedirle saludos o autógrafos. Así, cada persona que se acercaba a la mesa, nos veían juntos y ya especulaban.

Mientras esperábamos el postre yo me puse a jugar con sus filtros, grabé 3 historias; una jugando con los más chiquitos, quienes reían a carcajadas por las caras raras que el filtro les ponía, otra donde lo enfocaba solo a Mateo con un filtro gracioso, y por último; una los dos juntos, un vídeo donde él deja un inocente besito en mi boca.

Yo guardé los 3 videos, decidí obviamente no subirlos por su privacidad ya que sabía que no quería mostrar tanto su vida en redes y se lo respetaba al 100%, pero me sorprendió bastante cuando llegué a casa y me apareció la notificación; "trueno te ha mencionado en su historia".

La había subido, la había subido y me había etiquetado, y aquéllo creo que había sido de las peores decisiones.

No me molestó en lo absoluto, al contrario; estaba como una idiota sonriéndole al celular contenta en cuanto noté que había decidido mostrarse junto a mí. Pero a partir de ese día era todo una ola de insultos, comparaciones, y comentarios de mierda que me dejaban tanto al privado, como en mis publicaciones.

—¿Querés quedarte a merendar conmigo? Perdón por hacerte venir a aguantarme así, siempre te llamo para mis cosas y siempre estás. —dije algo culpable mientras refregaba mi cara con ambas manos.

—No pidas perdón, tonta, para eso estoy. —contestó con una sonrisita a boca cerrada mientras ladeaba su cabeza hacia un costado. Me miraba con tanta ternura que me daban ganas de abrazarlo un año entero.

destino; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora