capítulo ocho.

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Mateo.

—Dejá de maquinarte tanto, wachin. —se quejó mi mejor amigo y yo chasqueé mi lengua, mientras encendía el porro que sostenía entre mis dedos.

—No me estoy maquinando nada. —contesté firme y esta vez Daniel soltó una sarcástica risa exagerada.

Yo lo fulminé con mi peor mirada.

—Vas el tercer porro del día y recién son las nueve de la noche. —asumió azando sus cejas con obviedad. Yo me limité a rodar mis ojos y a darle la primer calada.

—Seis mensajes le dejé, pasaron cuatro días y nunca fue capaz de mandarme un mensaje o mínimo responderme. —conté con mi ceño fruncido y mi vista centrada en cualquier parte del piso, mientras cómodo me recostaba en suelo de la oscura plaza para tener mi vista en las estrellas.

—Osea que te sigue importando...—asumió el castaño quitándome el porro de los dedos para acompañarme con una calada.

—Me preocupo así como me preocuparía por mi vieja, mi familiar o una desconocida. Es una garcha que una mina tenga que soportar mierdas de pibes como éste. —espeté con bronca y enseguida volví a sentarme en mi lugar, con mis ojos perdidos en cualquier lugar y flexionando mis piernas para abrazarlas contra mi pecho.

—Cuando me contaste yo quedé de cara, amigo, te juro. —habló el castaño bastante sorprendido y luego le pasó el porro al ojiazul, quien oía atento la conversación— Yo hace unos pares de años lo conozco al Paulito, nunca me hubiese imaginado que se haya vuelto así de posesivo y enfermo. —explicó un poco shockeado, y es que desde que les conté lo sucedido en la plaza, nadie podía creerlo.

Fui un rato a la plaza para quemarme un porro mientras espero a que se haga la hora para ver el partido de Boca y me encuentro con la persona que perdí contacto absoluto durante tres años en su peor estado...

Todo muy rápido, apenas llego a caer en lo que esta pasando.

—¿Cuando te fuiste de la plaza no te dijo al menos si llegó bien a la casa?¿Vos no la llevaste por las dudas? —preguntó esta vez Valentín tratando de responder la cantidad de dudas que los nervios y el miedo me generaba.

—Teníamos que hablar lo de la gira, no podía perder más tiempo. —contesté negando con mi cabeza, y cuánta culpa sentía al haberla dejado sola—Tampoco me avisó, yo le pregunté pero jamás respondió.

—No sé que decirte, Mateo. —contestó con pena mi amigo, y mi preocupación no cesaba un solo segundo.

Suspiré profundo y refregué mi cara con ambas manos.

Sentí mi celular sonar avisando que una nueva notificación me había llegado e ilusionado lo agarré imaginando que sería ella.

Mis ilusiones cayeron al piso cuando leí el user de Kaia en un mensaje, y resoplé cansado. Aún así, lo abri...

kaiamendez

trueno necesito un favor
enorme

qpasa?

se pudrió todo en casa y
no quiero estar aca

vino papá y no ppuedo parar
de llorar, no paran de gritat
y se estan dickendo cosas
horribles

te mando a buscar y te venís
conmigo, estoy en la plaza

grracias xe verdad

pasame dirección
✓✓

—Llamenme a Jotita, que pase a buscar a Kaia a la casa. —pedí a mis amigos mientras tecleaba mi celular una vez que la rubia me pasó su dirección.

destino; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora