"Esta vida no es fácil" ( La hija de Christian Grey)

Capitulo 19. Charla en casa.

-Anda, vamos- dijo mi padre abriéndome la puerta trasera del auto.

-¿Te has dado cuenta de lo lindo que es el manubrio del auto? ¿Será de cuero?- dijo asomándose por encima del asiento del piloto.

-Si, tiene una funda de cuero, baja anda- insistió Christian.

-¿Que tienes dentro de estos compartimientos? ¿Son porta vasos?- preguntó la chica viendo aquellos en las puertas.

-Phoebe, deja de inventar excusas- dijo Christian al ver que su hija solo inventaba cosas para no salir del auto. -O sales por tu cuenta o te llevo cargando, tu eliges- dijo mientras alzaba una ceja.

-Pero es que me vas a castigar y no quiero- dijo ella abrazándose al asiento del piloto.

-Si, te voy a castigar de eso no hay duda. O vienes por las buenas o vienes por las malas- dijo Christian poniendo un tono más serio ya que comenzaba a perder la paciencia. Pero la chica no se movía, permanecía abrazada al asiento con ojos suplicantes. -Contaré hasta tres Phoebe, uno...-

-Pero papá...

-¡Dos!- la interrumpió.

-No quiero...- susurró la joven con un hilo en la voz.

-¡Tres! Por las malas entonces- dijo el hombre dejando de recargarse en la puerta para acercarse rápidamente a la joven y tomarla por debajo de las axilas.

La joven se aferró al asiento pero fue inútil, la fuerza de su padre era más que la de ella así que tuvo que soltarse, intento patalear pero no sirvió de nada, de un segundo a otro ya estaba sobre el hombro de su padre, como un agricultor cargando un costal de papas.

-¡Ay! ¡Ay! ¡Afuera no!- exclamó al sentir dos fuertes palmadas en su trasero.

-Te ganaste 10 azotes más por resistirte al castigo- le dijo Christian mientras caminaba dentro del edificio.

-¡Noooo!- exclamó la joven en tono de berrinche.

-Te recomiendo que ya no hables, a menos que quieras que se ponga peor. Buenas tardes Walter- dijo saludando a el recepcionista.

-Buenas tardes señor Grey, señorita...- dijo el con un poco de incomodidad y pena por la joven.

Christian llamó al ascensor con total tranquilidad, como si fuera un día cualquiera, a diferencia de Phoebe que seguía pataleando para que la bajaran pero los brazos de su padre la sostenían firmemente, sentía sus mejillas arder, debería estar tan colorada como nunca, todos los empleados de su padre los estaban viendo, la estaban viendo a ella.

-¡Papá, bájame!- exclamo una vez que las puertas del ascensor se cerraron.

Escuchó un suspiro pero después su padre la dejo en el suelo, no sin antes dejarle dos palmadas más en su trasero.

-¡Auch!- se sobo la zona afectada.

-Obedece cuando te doy una orden- la regañó.

-De acuerdo, lo siento- dijo la joven mientras se seguía sobando, su trasero comenzaba a picar y solo había recibido 4 azotes.

El silencio reinó en el ascensor hasta que las puertas se abrieron, Christian caminó hacia el interior de su casa con naturalidad pero la joven se quedó quieta, ante esto el hombre se dio la vuelta para mirarla, sin decir palabra apretó los labios y soltó un fuerte suspiro de frustración. Caminó hacia ella mientras se inclinaba para tomarla por las piernas con la intención de volver a cargarla.

-¡No! Yo puedo, yo lo hago- dijo ella haciéndose hacia atrás y apartando las manos de su padre.

-Entonces camina, Annabelle- dijo el ya frustrado.