"Esta vida no es fácil" ( La hija de Christian Grey)

Capitulo 26. "No me sueltes..."

No se cuánto tiempo ha pasado, pero calculo que han sido 3 o 4 días desde que he estado en esta habitación oscura, en esta solo había un colchón sucio en el suelo, un escusado sin tapa y un lavamanos con solo una manija. Había una bombilla color amarillo que colgaba del techo, esta se encendía desde afuera ya que por más que intente encontrar un interruptor en la oscuridad no había nada.
Comía solo una vez al día y no era comida buena, eran alimentos que venían de enlatados o comida instantánea.

No había podido ver la cara de ninguno de mis captores, cuando era hora de comer la puerta se habría y la habitación se iluminaba por la luz del exterior, dejaban la bandeja con comida en el suelo y cerraban la puerta. Encendían la bombilla para permitirme comer de manera "apropiada" y después de unos minutos todo era oscuridad de nuevo.

Estaba aterrada, no sabía cuales eran las intenciones de aquellas personas que por las voces reconocía como dos hombres. No sabía si iban a matarme, violarme o incluso venderme pero cada una de estas ideas me asustaba extremadamente.

Creo que debo resignarme a las atrocidades que me depara el destino...

(...)

Ya perdí la cuenta de cuantos días han pasado, solo se que cuando las luces vuelven a encenderse es otro día, creo que ha pasado un poco más de una semana pero poco me importa.

Mi cuerpo está débil, mi estómago se resignó en el hecho de pedir comida y ha dejado de gruñir. El agua del grifo ya no sabe tan mal, si espero solo unos minutos el agua deja de salir con sarro para salir creo yo que transparente. Intenté darme una "ducha" con la poca agua que salía del grifo pero aún así no podía dejar de sentirme sucia y olorosa (porque lo más probable es que esa era mi condición en esos momentos).

Aunque intente escapar varias veces no encontraba la manera, no había ventanas ni agujeros, solo estaba la puerta donde dejaban la comida, pero por más que intente abrirla se mantenía con candado, además de que no se podía hacer mucho en completa oscuridad.

Escuché como el candado de la puerta era abierto, como de costumbre esperé a que uno de los dos "Idiota" o "Estupido" (como los escuchaba llamarse) dejaran la bandeja con comida. Una vez que lo hicieron las luces fueron encendidas, comí a gran velocidad ya que no quería comer en la oscuridad como me había ocurrido en anteriores ocasiones y al terminar dejé la bandeja de metal justo alado de la puerta como me habían ordenado.

Justo cuando iba a regresar hacia el descolorido y sucio colchón escuché como abrían la puerta nuevamente. Me quede petrificada en el centro de la habitación ya que nunca antes habían abierto la puerta después de mi "Hora de comer". Las luces volvieron a apagarse y la habitación se iluminó solo con la luz de la puerta en la cual había uno de los hombres de pie, observándome. No podía verle el rostro.

Camino hacia mi y por instinto yo retrocedí, pero me tomo fuertemente por los hombros. Por primera vez pude ver a uno de mis captores a la cara, este tenía el cabello castaño despeinado, unos ojos marrones casi llegando a negro y el olor a alcohol lo invadía en todo su ser.

     —¡Ven aquí!— dijo con una voz rasposa mientras me apretaba por los hombros.

     —P-por fa-vor no me haga da-ño— le supliqué mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.

     —¡Silencio!— me gritó haciendo que mi cuerpo se sobresaltara.

Me vio detenidamente, tomó mi barbilla y giró mi rostro hacia un lado y hacia otro.

     —¡Estamos de suerte, Rod!— le gritó a su compañero que se acercó al marco de la puerta. —Es ella— le dijo mirándolo con una sonrisa.