Capitulo 3. Las reglas de la casa.

9.2K 359 96
                                    

—Phoebe, despierta. Ya llegamos Phoebe— era lo que escuchaba mientras sentía que alguien me zarandeaba levemente.

Abrí los ojos y frente a mi estaba mi padre, mire de reojo la ventanilla y vi que ya estaba anocheciendo.

—¿Donde estamos?— pregunte tallándome los ojos.

—No hagas eso...— dijo quitándome las manos de los ojos. —Llegamos a Seattle, vamos tenemos que ir a casa— dijo al poniéndose de pie.

Me levanté de mi asiento y me dirigí a la salida  junto a mi padre, bajamos las escaleras y nos dirigimos a un auto que estaba en otra pista de vuelo.

—Sube— fue lo único que él dijo a lo que obedecí.

La ciudad era gigante y de noche se veía hermosa, todas las luces de las ventanas y edificios se veían fenomenales.

—Es linda la ciudad...—dije mientras miraba por la ventana.

     —Es un buen lugar...

Yo seguí apreciando toda la ciudad hasta que nos detuvimos en un edificio muy alto, entramos a una especie de estacionamiento y nos detuvimos en uno de los lugares disponibles.

     —Llegamos— dijo el bajando del auto. Yo hice lo mismo.

     —¿Vives en este edificio?.

     —Si, en el Penthouse— dijo el acercándose a un hombre que había en la entrada del estacionamiento. —Necesito que lleves estas cajas y esta maleta a mi penthouse.— le dijo a una especie de botones mientras con un botón abría el maletero.

     —De inmediato, señor Grey— le contestó caminando a hacia el auto.

Nos dirigimos a un elevador que nos llevó a lo que creo que es la recepción.

     —Buenas noches, señor Grey— dijo un hombre tras el mostrador.

     —Buenas noches, Walter— saludó mi padre recargándose en el mostrador. —Ella es mi hija Phoebe, de ahora en adelante vivirá aquí, para que esté registrada.

     —Claro que si, señor Grey— dijo el hombre tecleando algo en su computadora.

     —Gracias, con permiso. Despídete Phoebe— me ordenó mientras caminaba de regreso al elevador.

     —Buenas noches— dije tímida caminando detrás de mi padre.

     —Buenas noches, señorita Grey— dijo el hombre antes de que se cerraran las puertas del elevador.

     —Es descortés no saludar ni despedirse de una persona— me regañó mi padre tecleando en su celular.

     —Pero no lo conocía...— intenté justificarme.

     —Eso no importa, si yo hablo con uno de mis conocidos o amigos tú por educación debes saludar y despedirte.— dijo el sin quitar la vista de su teléfono.

     —De acuerdo...

Y...ha vuelto "El señor perfección".

Las puertas se abrieron dejando ver una gran casa, con ventanales gigantes y una bella sala a la vista.

     —No me jodas...— exclamé asombrada abriendo los ojos como platos.

     —Cuida tu vocabulario, por favor. No seas maleducada— me regañó en un todo muy serio para después caminar al interior del lugar.

     —Lo siento, fue la emoción.— admirando toda la casa.

"Esta vida no es fácil" ( La hija de Christian Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora