"Esta vida no es fácil" ( La hija de Christian Grey)

Capitulo 30. Letras.

—Bien, Gail te puso un poco de manzana picada por si te da hambre, sino puedes comerla en casa— dijo mi padre guardando el envase de plástico dentro de mi mochila.

Estábamos sentados en el auto, yo estaba vistiendo mi uniforme escolar ya que había llegado el día. Después de muchas citas al doctor, revisiones y chequeos me habían dado luz verde para volver a la escuela y a mi vida normal.
Cosa que no me fascinaba mucho.

     —Pasa a la oficina del director primero— me comentó viéndome por el retrovisor.

     —Entendido.— contesté tomando la perilla de la puerta.

     —Si te sientes mal, con fiebre, mareada o incluso con un resfriado ve rápido a la enfermería ¿De acuerdo?— dijo después de haberse bajado y abrirme la puerta del auto.

—De acuerdo— le contesté.

Bajó mi mochila del asiento del copiloto y me ayudó a ponérmela. Caminamos juntos al portón de la escuela que se encontraba vacío ya que eran las 7:00 am en punto y todas las chicas ya debían estar en sus aulas.

—Vendré a recogerte a la salida ¿Si?— dijo doblando levemente las rodillas para verme a los ojos cara a cara. —Te amo— dijo dándome un beso en la frente.

—Nos vemos— le dije algo desubicada por lo que acababa de pasar.

Di un suspiro y atravesé aquel portón negro, ahí estaba sin ningún cambio mi escuela/internado. Caminé por los pasillos y me dirigí a la oficina del director como mi padre me había dicho.

     —Señorita Grey, el director la espera— dijo la secretaria para ponerse de pie y tocar la puerta de la oficina del director. Cosa que se supone debí haber hecho yo.

     —Pase— escuché por el otro lado de la puerta.

Entré a la oficina con la secretaria cerrando la puerta tras de mi dejándome a solas con el director.

     —Señorita Grey, estamos muy contentos de que este de vuelta con nosotros— dijo el director con una sonrisa. —Siéntese, por favor— me indicó.

—Buenos días, Director— dije tomando asiento.

—Buenos días— saludó. —Estamos enterados de la...situación que ocurrió con usted hace poco y quiero infórmale que su seguridad y su privacidad es primordial en esta institución. Por lo que no será permitido ningún tipo de comentario inapropiado acerca de el suceso qué ocurrió— me dijo a lo que solo asentí.

Hubo un silencio algo incómodo en el que ambos solo nos veíamos mutuamente.

     —Le pido que si alguna alumna llega a ofenderla o molestarla con algún comentario, venga inmediatamente a reportarme o reportarlo a algún profesor. ¿Entendido?— me venía a la mente el recuerdo de una pequeña pelea.

¿Y ser una soplona? No gracias...

     —Entendido, señor— le mentí.

     —Su padre me comentó que su salud sigue siendo delicada.

     —No está tan delicada, el doctor dijo que...

     —Ante la petición de su padre, nuestra enfermera estará a su disposición cuando la necesite— me interrumpió.

     —De acuerdo, muchas gracias...— dije resignada. No soy de cristal ¡Por Dios!.

     —Si no tiene ninguna pregunta, puede conducirse hacia su aula— me dijo con una sonrisa tranquila.

     —Si tengo una pregunta...