XXV

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—Estoy segura que le gustas a la chica de la cocina, -una sonrisa pícara se posó en los labios de Simone- cada vez que vamos al comedor no puede dejar de mirarte.

—Hans ¿Tienes una admiradora? Descríbela -Ayn tiró con emoción la camiseta azulada de lino que llevaba el chico a sus espaldas, quien la acunaba entre sus brazos.

—No es cierto, -negó el rubio mientras se sonrojaba- no le gustó a Hannah.

Todos lo molestaron al instante, llenando el ambiente de risas.

—Así que la admiradora tiene nombre -siguió Simone- ¿Por qué no nos dijiste cómo se llamaba?

—Pensé que lo sabían, ustedes estaban ahí cuando se presentó.

—En realidad solo estábamos tú y yo, -comentó con diversión Rasmus desde la cama paralela a la de ellos- y solo estaba mirándote a ti.

—¡Eres un charlatan!

—Ni si quiera miró en mi dirección, -el rubio levanto ambas manos en señal de defensa- de hecho, ni si quiera me dio mi porción de comida por conversar contigo.

—Necesito saber cómo es, por favor, porque me imagino una mancha sin rostro ni forma -suplicó Ayn.

—Es bastante atractiva. Alta, cabello negro y largo, ojos verdes. -detalló Simone- Estoy segura que debe ser popular entre los chicos de aquí.

—¿Parece una persona agradable?

—No hemos interaccionado tanto con ella -los labios de la rubia se fruncieron.

—A mi me da postre extra. -agregó con humor Jorgen- Estoy seguro que lo hace para que la ayude a acercarse a ti.

Una expresión de sorpresa genuina adorno el rostro de Ayn.

—Sabe cómo jugar.

—¿Está comprándote con postre? -Simone no podía dejar de reír.

—Entonces podemos agregar que es inteligente -mencionó Rasmus- ¿Qué necesita hacer para ganarse la bendición del equipo y el amor de Hans?

—Buena pregunta.

—Para ganarse mi aprobación, dos días más de postre...

Las risas volvieron a escucharse en la pieza ya desordenada e invadida por los 5 integrantes más jóvenes del equipo.

—...No soy exigente.

—¿Creen que podríamos invitarla a comer a nuestra mesa?

—¿Tienen una mesa propia? -Ayn sonrió con diversión- Apuesto que son el grupo de chicos populares.

—Efectivamente, -dijo Hans- somos tendencia en este lugar.

—¿Cómo te sientes hoy? -le preguntó directamente Rasmus a la pelirroja- ¿Te gustaría bajar a comer con nosotros?

El estómago de Ayn volvió a estrujarse al observar directamente los ojos azulados del chico. Había sentido su mirada posarse sobre ella de forma ocasional, pero no había sido hasta este punto que ella dejó de fingir que lo ignoraba.

Todavía estaba molesta tras la omisión de la relación entre él y Trice, y el hecho que ella pudiese olvidar que había sido traicionada por Rasmus era imposible, sin embargo, eso no evitaba que su inconsciente la delatara y le recordase que a pesar de todo, ella aún seguía muy atraída hacia él.

Rasmus le gustaba demasiado, mas de lo que quería admitir.

—Me gustaría caminar un poco y compartir con ustedes. Comer aquí sola no es muy divertido.

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2022 ⏰

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𝐅𝐨𝐫𝐞𝐬𝐤𝐞𝐥𝐭 [𝐑𝐚𝐬𝐦𝐮𝐬 𝐀𝐧𝐝𝐞𝐫𝐬𝐞𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora