— Te ves feliz.
Comentó Simone mientras se acercaba a abrazar a su hermano.
— Fue un día interesante.
Rasmus se permitió sonreír ampliamente ya que su hermana no podía verlo. Sabía que debía verse como un torpe y qué Simone le diría que se había enamorado, pero no era así.
Le agradaba Ayn, se sentía a gusto y cómodo con su presencia. Y aquel lazo que había nacido de forma espontánea con alguien que hace poco había conocido, le parecía una sensación maravillosa.
—¿Te agrada Ayn?
— Si.
Simone comenzó a reír ante la evasiva respuesta de su hermano.
—¿Solo eso? ¿Un simple si?
—¿Que quieres que te diga?
Río con ella.
— Me gustó hablar con alguien de mi edad.
—¿Ahora dirás que mi compañía no fue la mejor? -lo molestó.
— No es eso -soltó una carcajada.- solo digo que fue agradable compartir con Ayn, es divertida.
— Lo es -concordó la rubia con una sonrisa.- fue un milagro que nuestra primera interacción con el exterior nos permitiera dar con ella y no con alguien malo.
— Si, tienes razón.
La conversación se volvió seria, ambos habían comenzado a imaginar universos alternativos en donde no contaban con la suerte que tenían ahora.
—¿Tienes miedo de volver a salir?- preguntó Rasmus.
— Un poco -confesó Simone.- pero saber que te tengo a ti y ahora a Ayn me hace sentir más segura.
— Estaremos bien Simone, estamos juntos.
— Lo sé -cerro sus ojos y se obligó a dormir.- ¿tú tienes miedo?
— Un poco, pero la emoción por volver a ver todo es mayor -cerró sus ojos para dormir.- quiero sentir el aire fresco.
— Lo harás Rasmus... ahora descansa.
— Buenas noche Simone.
[...]
Una fuerte opresión en el pecho la hizo despertarse, era como si la estuvieran aplastando.
Ayn abrió los ojos y se volteó con dificultad. Seguía aturdida por el violento despertar y las luces rojas eran una señal de alerta.
—¡Simone! -gritó con dificultad.- ¡Rasmus!
Comenzó con arcadas ante el esfuerzo que conllevó la acción.
"¡Vamos, muévete! Un paso a la vez pero hazlo" se dio ánimo mientras se levantaba.
La pantalla que estaba a un costado de la cama estaba mostrándole un mensaje, uno que la hizo comprender que estaba en lo correcto al seguir sus instintos y salir de allí.
Salida de aire bloqueada.
Nivel de oxígeno bajo.Se movió con dificultad pero no se detuvo. Ayn no estaba dispuesta a perder la vida ese día y mucho menos dejar que aquel par de hermanos también sufriera ese trágico final.
—¡Rasmus! ¡Simone! -volvió a gritar.- ¿Donde están?
Una alarma comenzó a sonar, el volumen era ensordecedor. Debía encontrarlos y pronto.
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𝐅𝐨𝐫𝐞𝐬𝐤𝐞𝐥𝐭 [𝐑𝐚𝐬𝐦𝐮𝐬 𝐀𝐧𝐝𝐞𝐫𝐬𝐞𝐧]
AdventureNo acudan a mí con la verdad. No traigan el océano si me ven sediento, ni el cielo si pido por la luz; traigan mejor indicios, un poco de rocío, una partícula, así como los pájaros llevan del agua sólo gotas, y el viento una brizna de sal. - Trust...