Todo empezó por ti ©

Capítulo 13

Por fin es viernes, me encuentro en la puerta de la academia donde estudia Jake esperándole emocionada y nerviosa porque es la primera vez que lo veré hacer algo que a él le gusta, además, tengo el privilegio de poder conocer un poco más de él. Un poco del mundo de Jake.

Me coloco los cascos y le envió en mensaje:

Yo: ¡Estoy esperándote en la puerta!

Espero unos segundos y de inmediato recibo una respuesta de su parte:

El borde/sexy/Jake el roba pasteles: Dame 5 minutos, me libro de mi profe y voy a por ti. ¡Que pesado que es!

Con 5 minutos me da tiempo de sobra para poder escuchar una de mis canciones favoritas: Let's get it started – The Black Eyed Peas

Cierro los ojos y dejo que mi imaginación vuele al ritmo de la música viniéndome en mente diferentes imágenes que podría recrear en los lienzos en blanco que tengo en mi cuarto y al segundo en que abro los ojos me encuentro con su rostro mirándome con suavidad.

— ¿Hace cuánto que llevas allí de pie mirándome?

— No mucho, acabo de abrir la puerta ahora mismo — responde con esa sonrisa hermosa característica de él que muestra diversión.

— Mentiroso.

— Kairita no está bien acusar a la gente de esa forma.

— Jakecito no seas un mal mentiroso y admite que seguro que no llevas ni un segundo mirándome.

— ¡Lo admito! — alza sus brazos al cielo — perdóname Señor por ver como la chica lleva 3 minutos tatareando la canción de los Black Eyed Peas mientras movía su cabeza con las cejas fruncidas.

— ¿Llevas 3 minutos mirándome?

— Sí, además no he sido el único, varios alumnos se te han quedado mirando y yo los he mandado a tomar viento.

— Tú....

— Por cierto: de nada.

Este chico es de lo que no hay

— Venga, entremos que ya tengo el aula libre, no vaya a ser que algún listillo quiera colarse — menciona mientras abre la puerta de la entrada de la escuela.

— Pues lo echamos— propongo asintiendo con la cabeza mientras él ladea su cabeza hacia mí con diversión.

Paso por su lado y ambos nos miramos de reojo con una sonrisa de medio lado.

— Sígueme.

— Te sigo.

— Lo sé.

— Sería emocionante que ahora mismo sonara la canción: Follow de Lider.

— Ósea yo — contesta alzando sus estúpidas y perfectas cejas.

— Pero qué alto tiene el ego el señorito.

— Tan alto como el cielo — ladea su cabeza mirando el techo del pasillo.

— Sí, sí, chico lo que tú digas.

— Cierto — se para en seco en medio del pasillo y me lo quedo mirando extrañada — qué te apuestas a que seguro que nunca has probado nada parecido a lo mío.

— No me gusta apostar, además — hago una pausa teniéndolo cara a cara —  que ego más inflado.

— Venga anímate, no apostamos dinero...

— ¿Y qué apostamos?

— Aaaahhh, así que realmente quieres apostar, eeehhhh.

— Venga habla — le doy un empujoncito en el hombro — no me dejes con la intriga.